El entrenador del Levante, Julián Calero. EFE/ArchivoEl entrenador del Levante, Julián Calero, explicó este miércoles, un año después de la dana sufrida en Valencia, que si se olvidaran de las víctimas de la tragedia serían “muy mezquinos” y pidió a las autoridades competentes que se “pongan las pilas” para que los afectados reciban todas las ayudas.
“Sigue estando ahí en mi cabeza y creo que va a continuar conmigo el resto de mi vida. Es inevitable y si nos olvidamos, seríamos muy mezquinos, no nos podemos olvidar del sufrimiento que se produjo y del sacrificio que han hecho y las penalidades que todavía están pasando”, dijo en la rueda de prensa previa al partido que el Levante jugará este jueves en Copa en Orihuela.
“Tengo muchas cosas presentes porque fueron momentos muy duros. La solidaridad fue digna de elogio. La rabia que quedó por esa reacción tan tardía y esas situaciones que hicieron que la catástrofe fuera más grande, la tardanza en las ayuda… y al respecto de las pérdidas materiales a ver si quien se tiene que poner las pilas se las pone para que vayan llegando esas ayudas”, agregó Calero.
El entrenador del Levante, que quedó aislado en su domicilio en la comarca de Chiva por la dana y que se implicó en primera persona en las tareas de ayuda a los afectados, recordó que todavía quedan “muchas huellas, mucho dolor y muchas marcas”.
“Va a llevar un tiempo acabar con toda esa pesadilla. A nivel humano es imposible porque ya las pérdidas son irreparables. A nivel estructural, la ciudad va paso a paso recuperándose, pero hay muchos sitios donde está tardando mucho en llegar ayudas y soluciones. Intentamos no olvidarles y darles todo el apoyo posible porque creo que es lo menos que podemos hacer en estos casos después de un año”, afirmó.
Además, el entrenador del Levante recordó que el “shock deportivo” les duró “un mes y pico”, pero que pensar en los afectados de la dana les hizo “fuertes para pelear por cosas y darle felicidad a la gente que había sufrido tanto”.
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