Al señor alcalde de Rafelbunyol, Jaime García, le toca defender una reforma laboral indefendible, así que, en vez de explicar a la ciudadanía las bondades del Real Decreto 3/2012 de 10 de febrero para desactivar así los motivos de la huelga general del 29M y las posteriores movilizaciones, prefiere soltar un chorro de tinta propagandístico antisindical y, de paso, antiizqueirdista.
En un artículo anterior, desgrané algunos aspectos nefastos que contiene esta contrarreforma laboral, aquellos en los que Don Jaime García no quiere entrar, al igual que el Partido Popular. Animo a los lectores a estudiar la ley o a acudir a las sedes de los principales sindicatos a que les faciliten los resúmenes. Las centrales sindicales no necesitan manipular nada, con el decreto es sufiente.
El alcalde de Rafelbunyol se indigna cuando afirma que no se han respetado ni los cien días de tregua protocolaria y folklórica, y ya los sindicatos y la izquierda, con muy mal perder se han puesto a organizar algaradas y a “desempolvar la pancarta”. En realidad, en estos cien días el PP ha traicionado los pocos compromisos que no ocultó a los votantes el 20N: no subir los impuestos, no abaratar el despido, no amnistiar a los defraudadores, etc. y, al mismo tiempo, ha puesto en marcha los ajustes y recortes más duros de la democracia y, lo que ahora nos ocupa, una contrarreforma laboral que, por ejemplo, en opinión de los catedráticos de Derecho del Trabajo, acaba con el equilibrio y la protección de la parte más débil en la relación laboral: el trabajador, y consagra la santa voluntad del empresario, entre otras medidas.
Las mayorías parlamentarias no son mayorías sociales. En 1982 cuando el PSOE consiguió 202 escaños alcanzó el 48,11% de los votos y en 2011 el PP consiguió el 44,62%. La victoria en las urnas legitima al PP para formar Gobierno pero no supone una mordaza para la oposición, ni mucho menos para los sindicatos que, a través de los derechos de reunión, manifestación y huelga se oponen a las medidas que consideran lesivas para los intereses de los trabajadores/as a los que defienden. Los sindicatos, por tanto, salieron a la calle con mayoría absoluta de Rodríguez Zapatero y salen a la calle con mayoría absoluta de Mariano Rajoy, puesto que lo que se censura son políticas no siglas.
El alcalde afirma que a los sindicatos no les vota nadie y tal afirmación demuestra un desconocimiento supino, puesto que en las elecciones sindicales todos los trabajadores/as votan y escogen a sus presentantes en el centro de trabajo y, en función de esa representatividad, son reconocidos por las diferentes administraciones como interlocutores sociales.
Le vuelvo a recordar que en mi anterior artículo le señalé las veces que su partido, el PP, se habían manifestado con la iglesia, la AVT, etc. y le recordé que el 29S hubo una huelga general contra Zapatero por abrir la puerta al prado que ustedes han destrozado como elefantes en caharrería. Luego si hubo una huelga general contra Zapatero y diferentes manifestaciones, tal vez será debido a que los sindicatos no han sido los cómplices, ni los impulsores ni los promotores de la política económica del gobierno anterior.
Estas y otras falsedades ya se las hice ver en mi anterior artículo y seguro que me dejo algunas en el tintero, pero como insiste, se las repito.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia