Jaime Navarro. EPDA Cuentan que por esto nuestra Vicepresidenta preferida anda gozosa y pizpireta suspirando por los pasillos del Congreso. Ay...! Que todo empezó tal vez como un juego infantil hasta llevarla a francamente obsesionarse con las múltiples biografías del general que todos tan ingratos, sin embargo, habíamos olvidado.
Este capricho de madurez ha querido que presa de tal embrujo, de esta inesperada y postrer adoración por los uniformes, cayera pues fulminada ante las lustrosas botas del ferrolano. Pasión que sin duda consumó en aquella ceremonia desesperadamente romántica de exhumación. Oh, noviembre brumoso...¡
Pues designio sagrado era que al fín las almas de la Calvo y la del General eternas revolotearan hasta fundirse en el humilde camposanto de Mingorrubio. Donde según cuentan pasa los días y las noches doña Carmen, con mayor arrobo y adoración que la propia "Collares". Pues este no es un amor carnal ni interesado como sin duda lo fue el de la difunta generala. No.
Que este es amor del puro. Amor constante más allá de la muerte...al que ha consagrado su mística existencia la Vicepresidenta, tan recelosa como una Juana " La Loca" cualquiera, pues pretende terminantemente prohibir que otro ( u otra...) pueda siquiera llegar a imaginar... poder amar, a su hoy como ayer, tan venerada en España...Paca " La Culona".
Así sea. Otrosi digo.
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