Raul Claramonte de C"s torrentLa vieja política, esa donde
llevo la contraria porque no
eres de los míos. Esa donde
la altura de miras está solo
cuando hay un interés personal latente.
Esa donde el populismo, la demagogia
y la sinrazón ganan habitualmente.
Esa donde el ruido se valora
más que la sensatez y ciertos silencios,
precisamente, esa es la que está
volviendo a España.
Está retornando con creces y es
una lástima. Pues un sector muy amplio
de la sociedad lo compra y otro
más amplio de políticos juegan a venderlo.
Esto lo vemos a diario en el
Congreso, en el Senado, en las cámaras
autonómicas, en Diputaciones y
por desgracia, en los Ayuntamientos
también de gran población, donde la
valoración personal queda más de lado
que las siglas para ensalzar el populismo
y fanatismo del que os hablo.
Personalmente, considero que no
me encuentro en este tipo de dirigente
político, ni la gran mayoría de
mis compañeros de partido tampoco.
En Ciudadanos (Cs) de la ciudad
de Torrent nos preocupamos por las
personas, los vecinos y vecinas. Desde
una perspectiva más amplia también,
en nuestra formación naranja
priorizamos el interés común en
nuestras propuestas y decisiones. Esto
es, anteponer el bien general de España
al de nuestro partido. Para nosotros
las personas están por encima
de los votos.
En este sentido, como ciudadano
siempre espero de los políticos el mayor
sentido común a la hora de gestionar.
También que no piensen solo
en el negacionismo o en la demagogia
y que tengan altura de miras en
sus acciones. Es decir, que actúen de
la forma más sensata posible por España,
por su comunidad o por su municipio.
Desafortunadamente, percibo
en muchas ocasiones que esto es
imposible con tantos dimes y diretes
en las tribunas.
Como político intento ser lo más
transparente, llano y sensato posible.
Cualquier decisión que tomo por
sencilla que parezca es muy meditada.
Y cualquier iniciativa que llevo a
cabo desde mi actual gestión municipal
intento que prevalezca la sensatez,
asumiendo aciertos y errores,
pero siempre en la misma línea y modus
operandi.
No obstante, la primera sorpresa
que te encuentras cuando entras en
política es que los tiempos no van a
ser a los que estabas acostumbrado
en el ámbito de la empresa privada.
Pero una vez entiendes esto, se trata
de trabajar con las reglas del juego
establecidas. Y las que no te parezcan
bien, procuras trabajar para mejorarlas
o cambiarlas.
En cambio, no acabo de entender
cómo alguien que ha gobernado
una localidad y supuestamente
se conoce de arriba abajo la administración
puede pasar a la oposición
y en lugar de aplicar sentido
común y fiscalizar con criterio al
equipo de gobierno, hace de su capa
un sayo y se limita al populismo
y la demagogia.
Pues tengo claro que España necesita
más políticos con el talante de
Ciudadanos (Cs). Un partido de centro,
moderado y liberal. En defi nitiva,
el de la política útil. Políticos que
no piensan en su sillón, en su poltrona
o en hacer creer a la opinión pública
que una mentira si la repites
1000 veces se convierte en verdad.
En el mismo sentido, España también
necesita que la ciudadanía, en
vez de votar con las entrañas o irse a
la abstención, mediten la importancia
de su voto. Pues un cambio aunque
sea difícil, sí es posible. Con esta
actitud es cuando empezaremos
a centrar y cambiar la vieja política.
Desde estas líneas, aprovecho para
desear unas felices fi estas y un
próximo año
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