Carmen Alborch participa en el Feminario. EPDA
“La cultura tiene un componente
importantísimo de transgresión, y ahí se encuentra el vínculo con el
feminismo”, ha manifestado Carmen Alborch durante la mesa redonda ‘Diálogo, cultura
y creación’ en el marco del II Feminario de la Diputación de Valencia. Según la
ex ministra de Cultura, una de las ventajas que tiene el feminismo es que “hay
muchísimo saber acumulado, sólo es cuestión de convencer a los poderes públicos
y ponerlo en marcha”.
Durante el encuentro organizado por el área
de Igualdad provincial, liderada por la diputada Isabel García, Alborch ha
compartido una anécdota con sus compañeras de mesa al recordar los intentos de
los políticos al luchar contra la violencia y discriminación. “Que vayan al
cine, que vayan al cine y que vean”, ha reído Alborch, al afirmar que la
cultura es un recurso “fundamental” para conocer lo que está pasando en una
determinada sociedad.
“¿Cómo puede haber ese desequilibrio tan
grande en nuestra sociedad?”, se ha preguntado Alborch, frente al cual piensa
que es necesario “seguir debatiendo, estudiando y haciendo activismo”. “Por
eso, que haya espacios como el Feminario es importantísimo, porque nos permite
juntarnos y salir fortalecidas”, ha manifestado.
La
pirámide del panorama cultural
En la mesa redonda también ha intervenido la
escritora Laura Freixas, quien ha reconocido que en el siglo pasado “podíamos
pensar que había pocas mujeres en el panorama cultural por su falta de formación”.
Sin embargo, a partir de los años 80 y 90 las mujeres acceden a las
universidades y “las cifras deberían de ser del 50% a todos los niveles, pero
no es así”, ha lamentado.
La escritora de Madres e hijas ha recordado que el panorama cultural en cuestión de
género se escenifica en forma de pirámide: hay una mayoría de mujeres
estudiantes, pero al ascender a los estadios intermedios y aquellos reconocidos
como “creadores de cultura” –las figuras que ocupan los puestos más visibles– desaparece
la presencia femenina. En palabras de Freixas, “que haya igualdad en el mundo
de la cultura es una reivindicación que afecta a toda la sociedad, porque la
prédica patriarcal ya no se hace en los púlpitos, sino en las salas de cine o
las bibliotecas”.
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