Comisión del Carnaval de Villar del Arzobispo. /EPDA El carnaval del año 2024, a pesar de las bajas temperaturas, del viento o la posible lluvia que podía hacerse presente en la tarde del ssbafo día diez de febrero, no deslució la magia de esta simpática población, que como cada año consiguió reunir a un número inmenso de público que llenó las calles de Villar del Arzobispo.
Impecables y originales disfraces se dieron cita a las cinco de la tarde en el lugar donde tenía que empezar ese desfile multicolor y musical, que fue aplaudido al pasar por las principales calles del recorrido.
Es de ensalzar el trabajo de la Comisión de carnavales cuidando todos los detalles para que la fiesta se supere y tenga ese atractivo de interés turístico autonómico. Los ochenta componentes de esta Comisión de este año llevaban un elegante vestido de Guerreros con vistosos colores muy apropiado para el tiempo que nos ofreció día tan señalado.
Fueron casi veinte charangas musicales, las que acompañaron las comparsas que desfilaban por la población. Además de estas charangas hay que referir el éxito de la batucada Matarantas que abría el desfile, dirigida por Ferran Capilla, que puso sonido y ritmo a lo que es una fiesta de carnaval.
Más de mil quinientas personas desfilaron en grupos unidos y sincronizados con divertidos, disfraces que consiguieron arrancar los aplausos del público que llenaba las aceras de las calles que previamente habían preparado con un particular vallado, para facilitar la visión del desfile y el paso de las personas disfrazadas.
Es sorprendente ver el ingenio renovado cada año de los vecinos de la población, que aprovechan esta fiesta para demostrar su buen humor y las ganas de divertirse.
En esta fiesta no puede faltar el humor de Chimo Corbellica que al frente de sus músicos, saluda a todos con la simpática frase “Ayy la grasia”.
Finalizaba el desfile con otra batucada: Borumballa, que también puso su especial sonido, indicando que el desfile del Carnaval 2024 había llegado a su fin.
Es importante valorar el trabajo de todas las personas que hacen posible esta fiesta. No es tarea fácil organizar un evento de esa magnitud y conseguir que todo salga bien.
Acabado el desfile quedaba el entierro de la Morca y la quema del chinchoso,que cada año va dedicado a una persona en particular, este año en esa prisión de madera, donde se queman aquellos momentos del año que nos han resultado molestos.
Los fuegos artificiales pusieron el fin del desfile de las quemas y del chinchoso, el correfocs llenó de luz todo el Villar del Arzobispo y quedó difuminado en el cielo el resplandor de una ilusión, que cada año impregna de emoción a todos los que lo viven en primera persona.
Villar del Arzobispo es el espejo que durante muchos años se han mirado nuestros pueblos a la hora de organizar un carnaval, porque el carnaval del Villar no deja a nadie indiferente.
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