Mercedes Rodilla. /EPDA El título de este obituario puede decir mucho y puede pasar como una nota de despedida sin más. Dice el refrán que “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” y este es el mérito que merece el enunciado de estas letras.
Efectivamente Joaquín Espinosa fue durante doce años Alcalde de Casinos, pero Mercedes aparte de ser la esposa de la primera autoridad, también era la primera autoridad en su casa, detrás del mostrador de la Fábrica de Peladillas y Turrones Chimo, luchando por conseguir un nombre y una marca que han dado crédito y solvencia a los Dulces de Casinos.
Esa ha sido la vida de esta mujer, desde que contrajo matrimonio con Joaquín Espinosa, ha sido su fiel compañera, su mejor confidente y una buena madre para sus hijos Joaquin y Merche. En el ambiente de esa familia, primero en el Bar de la Tía Apolonia y después en la Fábrica se Turrones, han crecido todos con aroma a azúcar quemado, a chocolate, a tortas imperiales o a ese sin fin de sabores que durante tantos años hemos descubierto de las manos de los mejores artesanos.
Si algo hay que recordar de Mercedes es su buen hacer, su sinceridad y su delicadeza. Podría citar muchos momentos vividos, ratos tristes a causa del desempeño de la función pública y el agravio o incomprensión del enemigo… y momentos muy buenos, de éxito, de superación o de felicidad, pero siempre desde ese prisma de la sencillez, de exquisita humildad que la caracterizó a lo largo de los años.
Sus manos en el año 2002 prepararon una “casca” envuelta en tul blanco que entregue en el Palacio Apostólico de Roma, para el entonces Papa y hoy santo, san Juan Pablo II. Ella junto a su familia vivieron el momento de fundar la Feria del Dulce Artesano, sabiendo combinar los ingredientes que confieren ese título a nuestros Dulces. En definitiva con Alcaldía o sin ella, siempre supo estar al lado de su pueblo, al lado de Casinos.
El tiempo juez implacable nos arrebata la salud, las fuerzas y nos condena a vivir un destino que poco a poco nos merma la vida y nos deja en manos del más allá. La vela se va apagando y el alma queda en paz, serena… en esas manos bondadosas que nos llevan y nos alejan de esta tierra, de este mundo.
Mercedes hoy es el día que se clausura la Feria, esa Feria que vimos nacer con esperanza, que alimentamos con ilusión y que hicimos crecer con entusiasmo. Hoy día de la clausura, tu vida se ha terminado entre el bullicio de la gente, el aroma del azúcar quemado y el pueblo repleto de animación.
Recuerdos innumerables lanzados al aire con sabor añejo y recuerdos de una vida. Porque has sido parte de la historia de Casinos, por saber mantener nuestra historia y tradiciones y por ser como has sido, escribo estas palabras.
Palabras que esta mañana he compartido con Chimo y con tus hijos, porque al final del camino, todos hemos hecho lo mismo: dedicar muchas horas de vida a Casinos, amar sin condiciones a nuestro pueblo y lo que es más importante y nos hace diferentes: entregarnos sin límites por hacer una urbe más moderna, más confortable y más libre.
La Feria te unió a tu pueblo y la Feria te despide… nunca sabemos cuál será el último día, pero sea el que fuere Mercedes, marcha en paz, descansa en la eternidad y luce tus mejores galas, porque la estela de tu vida deja una huella imborrable de tu camino andado.
Descansa en paz Mercedes. La misa exequial será el lunes día 27 de noviembre a la 11 horas en la iglesia Parroquial de Santa Bárbara de Casinos.
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