Viñas y uva de Casinos. Archivo JSM. Continuando con la investigación en la Hemeroteca de Valencia, de los diferentes medios de comunicación escrita de la época consultados, cabe reseñar que el periódico Las Provincias del domingo 12 de mayo de 1918, en una de sus secciones, publicaba el decálogo del agricultor, en referencia al producto que podía ayudar al agricultor a salvar sus cosechas y que llevaba por nombre “Ideal”:
“Un distinguido ingeniero agrónomo, verdadera lumbrera de la ciencia, nos remite el siguiente interesante decálogo del viticultor.
1 - Amar a la vid y defenderla de sus enemigos (mildew... etc.) con el gran remedio “Ideal”.
2 - No jurar en vano, que nada puede destruir el mildew de la vid, y probar el falible “Ideal”.
3 - Santificar.
4 - Honrar a la ciencia, empleando “Ideal”, su más grande conquista.
5 - No matar la vid, dejándola indefensa y utilizar “Ideal”.
6 - No olvidar que “Ideal”, es la única salvación de la vid enferma.
7 - No hurtar a la patria riqueza, dejando perder cosechas por no usar “Ideal”.
8 - No mentir fingiendo desconfianza sin haber probado “Ideal”.
9 - No desear que la vi se cure sola, sino aplicar el maravilloso “Ideal”.
10 - No codiciar la dicha del que gracias al “Ideal”, ha conservado sanas sus vides, sino aplicar el mismo remedio.
Estos diez mandamientos se encierran en dos: en cuidar las viñas sanas con “Ideal” para que no enfermen, y en curar las enfermas con “Ideal”, para que no mueran. (Berdin y compañía, Congregación 20 Valencia).”
Este anuncio de prensa, se publicaba con frecuencia los meses de mayo y junio, el del día 23 de mayo decía: <Agricultores, no lloréis como mujeres sobre vuestras vides enfermas. Obrad como hombres, empleando el maravilloso producto “Ideal”. No hay <mil-dew> ni <blat-root> que resista a “Ideal”>.
El mismo día se publicaba esta noticia: “Aviso a los agricultores: dada la carestía de los abonos nitrogenados, particularmente el sulfato de amoniaco, que al precio que se cotiza desde hace tiempo resulta a 11 pesetas el grado de nitrógeno, ponemos en su conocimiento que los granos de las leguminosas perfectamente desecados y triturados, constituyen un excelente abono; las habas tienen el 4 por cien de nitrógeno; las judías el 4,1 por cien de nitrógeno, y las hojas el 5,7 por cien.
Ahora bien a los precios actuales de dichos artículos resulta el grado de nitrógeno igual o más caro que en el sulfato de amoniaco y no conviene gastarlos.
Pero pongo en conocimiento de los agricultores que el abono Sojenoc formado por leguminosas que no son buenas para la alimentación de los hombres, lo pueden adquirir a precios que resulta la unidad de nitrógeno a 6 o 7 pesetas grado en Valencia, Calle Maestro Chapí 9. Firma: Antonio Conejos Gómez.”
En la sección Productos del Campo: Precios y observaciones, se pueden hacer constar las cotizaciones del mercado de Chelva el día 27 de mayo : Aceite, 21 pesetas arroba; trigo huerta, 6,25 pesetas barchilla; jeja: 6,50 pesetas; cebada, 3,75 pesetas; cera, 44 pesetas; patatas 2,60 pesetas arroba; alfalfa seca, 2,85 pesetas; miel, 30 pesetas; lana, 60 pesetas; pieles cabra 8,75 pesetas, de lana 4,65 pesetas kilo; una; huevos (cuento) 20 docenas, 32,50 pesetas; vino, 1,75 pesetas el cántaro."
En referencia al mes anterior en fecha 21 de abril, cabe señalar que el precio del aceite se mantiene al mismo precio: 21 pesetas la arroba; el trigo de 6,75 la barchilla, baja a 6,50 pesetas; y la jeja de 7 a 6,50 pesetas. La cebada se mantiene igual, 3,75 pesetas; las patatas suben de 2,50 a 2,60 pesetas; la miel de 25 pasa a 30 pesetas; los huevos bajan cincuenta céntimos; el precio del cántaro de vino sigue al mismo precio, y deja de cotizar el maíz. Pero entran nuevos precios correspondientes a la cera, pieles de cabra y lanas de cordero.
Estas connotaciones son importantes a la hora de hacer un estudio sobre la economía y forma de vida de nuestros pueblos. Los que tenemos cierta edad, aun recordamos los comerciantes de Chelva que acudían a Casinos, a comprar pieles de conejos y otros animales domésticos, que se sacrificaban para el consumo familiar. Por otra parte hay que tener en cuenta que en aquel momento en el Censo de Casinos se podían contar en cada calle, las bodegas, almazaras, pajares y eras. Era un momento que cada familia tenía que defender sus propios intereses, y aunque las noticias no llegaran con la puntualidad precisa, cualquier información era buena para conocer lo que se gestaba en los mercados. El Cooperativismo en Casinos, no empezó a funcionar hasta la década de los años cien cuenta.
De esta forma se contabilizaron en la calle Alfonso XII: dos corrales con bodega y cubo, dos pajares y una almazara. En la calle santa Ana: 5 bodegas y siete cubos. En la calle San Antonio: una bodega; en la Travesía de San Antonio: un pajar y una bodega. En la calle las Balsas: ocho bodegas y seis cubos, y una almazara. En la calle la Balsita cuatro bodegas, seis cubos y una almazara. En la calle Santa Bárbara: cuatro bodegas y un cubo y dos pajares. En la Plaza del Cabildo: bodega cubo y almazara. En la calle Cabildo, tres casas con bodega. En la calle Calvario ocho bodegas y siete cubos. En la calle San Francisco, tres bodegas y dos pajares.
En la plaza de la Iglesia, dos bodegas, una almazara, y un pajar. En la calle san Joaquín, una bodega. En la calle san José, solo casas y corrales. En la calle san Juan: una bodega y un cubo, y un pajar. En la plaza Mayor ninguna. En la calle Mayor nueve bodegas, un lagar y tres cubos; un pajar y una fábrica de alcohol. En la plaza Mosén Juan, solo viviendas; en la calle Mosén Juan: cuatro bodegas, un cubo y tres pajares. En la calle san Miguel: tres bodegas, dos cubos y un pajar y una almazara. En la calle la Reina, una bodega y tres pajares. En la calle san Roque, cuatro bodegas, dos cubos y seis pajares. En la plaza Rosario: tres bodegas y un cubo. En la calle de la Trinidad: siete bodegas, cuatro cubos, dos pajares. En la travesía del Trinquete: dos bodegas y un cubo, cinco pajares. En la calle san Vicente: doce bodegas, dos cubos, y tres pajares.
En la calle Afueras, se contabilizan veintiséis pajares, y cinco eras. En el Barrio del Pano, tres bodegas, cuatro cubos y tres pajares. En la carretera no hay ni bodegas ni pajares. En las Masías y diferentes partidas, hay contabilizadas bodegas, pajares, eras y corrales de ganado.
Ante estos datos censales, es evidente que nuestros antepasados agricultores y ganaderos estuvieran muy pendientes tanto del mercado de precios, como de las posibles plagas que atacaran los productos del campo, particularmente la vid, que ha sido siempre el producto de calidad que avaló la fama de Casinos. Estamos hablando sin contabilizar las masías diseminadas, lo que es en la población y afueras de noventa y dos bodegas, cincuenta y dos cubos, sesenta pajares, cinco almazaras y más de seis eras.
Un principio de siglo, que a pesar de las penalidades Casinos supo mantenerse en pie, con su humilde modo de vida, con su laboriosidad agrícola, con el esfuerzo de las familias, y con el espíritu de construir y dejar un Casinos mejor para las futuras generaciones.
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