Molinos de Alcublas. / MANOLO GUALLART
Flor de almendro. / MANOLO GUALLART Por diversas razones, y debo confesar que con sumo placer, son muchas
las llamadas y visitas que recibo a lo lardo de los días, de amigos,
interlocutores, personas curiosas y amantes de la cultura interesándose
por diferentes temas de Casinos.
Procuro siempre atender a quien a mi recurre y le dedico el tiempo
necesario para que su estancia y permanencia entre lo “nuestro”, sea lo
más agradable, placentero y fecundo posible.
Hace unos días recibí la llamada de un gran amigo, una persona que ya
había visitado Casinos con motivo de la Feria del Dulce Artesano, en
nuestras fiestas patronales, disfrutando de la fiesta de San Roque en su
ermita, o en otras ocasiones que fueron avaladas por la discreción. De
lo que si puede presumir Casinos, y no yo, es que cada vez que ha
venido, ha sido para poner el nombre de Casinos, en un lugar de
referencia, y su paso por nuestra tierra, ha servido para dar a conocer
lo que aquí sabemos hacer, provocando un importante retorno de imagen.
El amigo que me llamó, fue Manolo Guallart, preguntando por la flor
del almendro. Me comentó que le gustaría venir con un amigo a ver
nuestros campos. Recuerdo que el año pasado, en este mismo medio, en
una de mis inspiradas columnas, hablaba de la posibilidad de hacer una “Ruta de almendros en flor”,
al igual que en España se hace otras rutas encaminadas a dar a conocer
la riqueza y variedad geográfica, gastronómica o cultural.
Recibí con gran entusiasmo esta llamada de Manolo, concertando la
visita para el martes 16 de febrero. Como no disponíamos de lugares
para la restauración, pensamos dedicar todo el tiempo a la fotografía,
esperando que el clima no nos jugara ninguna mala pasada. Me avisó el
invitado que posiblemente, vendría acompañado de un amigo.
Puntualmente sobre las diez de la mañana, después de haberse perdido
entre las obras que adornan las entradas de Casinos, han llegado al
punto de reunión Manolo Guallart y Félix Perona. Dos encantadores
caballeros, dispuestos a recorrer nuestros campos y caminos. Por la
pista del Camino del Arzobispo, hemos iniciado nuestro matinal paseo, y
cuál ha sido la sorpresa, al ver los almendros floridos en las mismas
paredes de Casinos.
Paramos los vehículos, con las cámaras en la mano, empiezan a captar
el colorido de la flor, cualquier detalle era impactante, los tonos del
rosa al blanco eran motivo de explicación, las ramas más o menos
floridas, complementaban su acción, y la sonrisa de un joven
campanario, contemplaba desde lo alto el movimiento de nuestros
invitados.
Poco a poco hemos ido recorriendo ese viejo camino, amado por los
viandantes, transitado por nuestras máquinas agrícolas, surcado por los
ciclistas, cortadas sus cañas por los Quintos, siendo causa de
enamoramiento de los grandes fotógrafos protagonistas de la jornada.
Han sido varias las paradas que a lo largo de los más de tres
kilómetros que separan Casinos del Más de Carlos, han tenido que
realizar para inmortalizar esas flores que anuncian la primavera y son
esencia de las preciadas almendras que envueltas por el azúcar nos
brindan las blancas y dulces peladillas de Casinos. Peladillas que son
el néctar del cielo.
La última parada en el camino del Arzobispo, ha sido sobre el altillo
del camino de “Murgui”, desde allí se contemplaba el pueblo a lo
lejos. Entre los troncos y las flores se intentaba visualizar la imagen
serena de un pueblo que abraza desde el Poblado Ibérico de la “Cova
Foradá” hasta la novedosa escalinata por la que baja fresca y cantarina
el agua del Pantano de Benageber que riega nuestros campos.
Esa amplitud de Casinos, vista desde la perspectiva de la rosácea
flor del almendro, sorprende al visitante, estimula los sentidos, abraza
los sentimientos, y te sientes orgulloso de la tierra que nos ha visto
nacer. Rutas de almendros en flor… rutas por nuestras tierras; ¡la
tierra de nuestros abuelos y la de nuestros hijos y nietos!
El tiempo apremia, al igual que las flores de los árboles seducen;
ya de vuelta, pasamos por “Mangrana”, que está limpia su tierra, sin
árboles, con esa pequeña casita de puertas tapiadas, y reloj de sol en
la pared, destino en el recuerdo de las largas horas de Don Francisco
Ors Mínguez y Doña Carmen Jarrín Murgui, que discurrían entre sus
históricas viñas y almendros, de las que el <Tío Pepet>, José
Escrich, tantas historias, podía narrarnos.
Allí volvemos a parar. Se ve Casinos a lo lejos. No está distante,
pero la imagen que ofrecen los campos es digna de captar. Las naranjas
lucen, sobre el brillante verde del árbol, contrastan con la flor del
almendro. Desde allí seguimos por la partida de “Sant Josep” pasando
por la Casa del Campo y las Bodegas, siguiendo la carretera de
Alcublas, con intención de llegar hasta los Molinos de viento de
Alcublas, para contemplar las vistas del camino, y ver desde la altura,
los campos que envuelven las llanuras.
Estos Molinos datados del siglo XVII, ubicados en la cima de la
colina, fueron una auténtica obra de ingeniería civil. Se nota el olor
del pino carrasco, de la sabina negra, del enebro o de la ajedrea, al
igual que empieza a verse crecer el espliego, o el tomillo real.
Una vista impresionante, con un luminoso sol que nos envuelve, y un
mirador a nuestros pies, con las distribuidas piedras en la cumbre, nos
recuerdan las posibles casas de aquellos molineros que con la fuerza
del viento molían la materia prima para fabricar la harina.
Dos fotógrafos que alimentan e ilustran “Valencia, fiesta y tradición” Félix Perona y Manolo Guallart, en
febrero del año 2021 llegan desde Valencia hasta Casinos, siguiendo su
camino hasta los Molinos de Alcublas, nos saludan sus grandes aspas,
captando el instante preciso, que la flor del almendro inunda la
naturaleza. Su significado literal en hebreo nos dice que esta flor es
la que primero despierta y florece después del descanso invernal.
Esperemos que Valencia, sus fiestas y sus tradiciones, sean las
primeras que alumbren el mundo, después de estos meses de letargo
ocasionados por esta pandemia, que la explosión de la pólvora y el olor
de las flores sean los senderos de unidad y de vida que hoy han
reproducido la mano de estos dos artistas.
Feliz viaje de regreso.
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