Cuando Artur Mas decidió dar un paso adelante y plantear el 25N como un plebiscito sobre la voluntad del pueblo catalán respecto a la independencia de Cataluña, muchos pensábamos que disponía de encuestas que animaban a ondear la bandera que tradicionalmente pertenecía a Esquerra Republicana. Sin embargo, tras el fuerte retroceso de CIU, lo único que ha quedado de manifiesto es que Mas es un iluminado y no tiene nada que ver con el pragmático e inteligente Jordi Pujol.
¿Quién se creía que a Cataluña le interesaba separarse de España, si es su principal mercado? ¿Para qué, si pueden seguir comprando empresas y extendiéndose por ese país al que unos cuantos querían darle la puntilla? Sólo un día después de los comicios, Caixa Bank ha sido la elegida para quedarse con el centenario pero hundido Banco de Valencia. El centro del poder financiero valenciano ha pasado ahora a Madrid y Barcelona, con el Banco de Valencia, pero también con la CAM y Bancaja.
El pueblo valenciano, si es que existe como tal, porque ya comienzo a dudarlo, acaba de sufrir la derrota más importante desde Almansa, porque sin el poder financiero cerca de casa, el acceso al crédito de empresarios y autónomos valencianos será mucho más complicado, con ventajas para los ciudadanos de otros territorios.
Si alguien en Cataluña soñó alguna vez aquello de los Països Catalans, desde luego hoy su sueño está más cerca de hacerse realidad.
Y aquí, en Valencia, nadie va a la cárcel, nadie pide perdón y todos miran hacia otro lado. Así somos. Así nos va. Y lo que vendrá, será peor.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia