Fieles chinos de la Parroquia de San Valero Obispo y San Vicente Martir. Foto Javier Peiro
Fieles chinos de la parroquia de San Valero Obispo y San Vicente Martir. Foto Javier Peiro La parroquia de San Valero Obispo y San Vicente Mártir de Valencia atiende pastoralmente en la actualidad a la comunidad china católica de la capital compuesta por más de 500 personas, según informa es su último número el semanario PARAULA.
Igualmente, a través de la parroquia la comunidad de católicos chinos ha editado el primer devocionario bilingüe castellano-chino en España que contiene el texto completo de la misa y algunas oraciones básicas de la tradición católica como el Àngelus, el Regina Coeli y el Santo Rosario. Además, incluye la oración que compuso el papa Benedicto XVI a Nuestra Señora de Sheshan, patrona de China.
Entre las actividades que desarrolla la parroquia figuran las eucaristías dominicales que se celebran a las 17 horas en lengua china por un sacerdote chino. Al final de la eucaristía los niños se arrodillan ante el presbiterio para recibir uno por uno la bendición del sacerdote, como es costumbre en las celebraciones chinas.
Asimismo, en la parroquia se administra la confesión y está previsto que en un futuro se desarrollen catequesis para niños, adolescentes y la celebración de un retiro espiritual para jóvenes y algunas peregrinaciones así como lecciones de chino y castellano.
La relación de la comunidad china católica con la parroquia de San Valero Obispo y San Vicente Mártir de Valencia empezó a finales de los años 90 con la participación de algunas familias chinas católicas a las eucaristías. Con el aumento de la comunidad las necesidades pastorales se incrementaron y el sacerdote Zheng que estaba ampliando sus estudios en Pamplona solicitó el traslado de expediente a Valencia para poder celebrar la misa en chino todos los domingos, según informa PARAUA.
Algunas de las dificultades que se encuentra la comunidad china en Valencia es el nivel de integración tanto en el barrio como en la ciudad. Una de las causas de este problema es la provisionalidad de la estancia en España “ya que siempre está en sus planes volver a su país”, ha indicado el párroco de San Valero Obispo y San Vicente Mártir, José Verdeguer.
Igualmente, la extensión de las jornadas laborales de los chinos en España que normalmente regentan restaurantes y bazares complica las reuniones para coordinar la comunidad y muchas veces tienen que celebrarse pasada la medianoche.
Entre las peculiaridades de las costumbres chinas en las celebraciones religiosas se encuentra el simbolismo de los colores. Así, el rojo es el color de las fiestas y lo emplea la novia el día de su boda. Sin embargo, por la influencia española, últimamente muchas esposas optan por el blanco para la celebración religiosa y cambian su vestido por uno rojo durante el banquete.
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