Todos los meses de julio, la
Residencia para la 3º Edad celebra el día del abuelo. Este año, treinta niños de la Escola d'Estiu, de entre
10, 11 y 12 años, han visitado la residencia, acompañados de sus monitores.
Durante la mañana, los más pequeños
realizaron una manualidad, creando pajaritas y flores como broches caseros y,
al acabar, se lo regalaron a cada señor y señora de la residencia. "Es muy enriquecedor, por la alegría y la
vitalidad de los niños, además, comparten manualidades juntos",
cuenta Cristina García,
Educadora Social de la residencia.
Ella y Lourdes Escribano, TASOC
(técnico de animación sociocultural), dieron la bienvenida a los niños y los
presentaron a los más mayores. Además, Jaume, que ahora cumple con los deberes
de dirección hasta que Ramón vuelva a su cargo, compartió también esta
experiencia. "Cada una de estas
personas quiere que la mimen y que vengan estos niños es una alegría para ellos"
dice Eloísa, concejal de Bienestar Social, quien también estuvo presente
durante el acto.
“Somos una
gran familia y, en las celebraciones, las familias se reúnen. Nosotros hacemos
lo mismo", apuntaba
Eloísa mientras los niños y niñas realizaban las pajaritas y las flores con
mucho cuidado, para después regalárselos a los mayores. Estos, con una gran
sonrisa, agradecían a los niños su dedicación.
Tras esta actividad, Lourdes extendió
una gran pancarta con el lema "Día del abuelo" y un gran espacio en
blanco. "Darse la mano es un
símbolo de confianza, amistad y colaboración. Nosotros hoy hemos utilizado las
manos para realizar estos bonitos broches y hemos dado la mano a aquellos a los
que les hemos regalado estas manualidades. Por eso, hemos tenido la idea de
dejar constancia de este día con vuestras manos impregnadas en la pancarta,
para que os la podáis llevar a vuestra Escola d'Estiu y así, recordéis este día"
explicó Lourdes a los niños y niñas.
Después de esta emotiva explicación,
Eloísa, como representación del ayuntamiento, Lourdes, los monitores Lidia y
Javi y los niños Chema y Naceira, dejaron sus huellas en la pancarta blanca.
Además, Toni, un usuario de la residencia y Félix, uno de los ancianos, que
preparó uno dibujos para los jóvenes, también pintaron con sus manos el papel blanco.
Para finalizar la mañana, Cristina
entregó a los niños un diploma como agradecimiento por su colaboración y, de
parte de los más mayores, regaló caramelos a los jóvenes.
Este evento no es único. La
residencia celebra cada mes un festejo
o reunión con asociaciones y voluntarios, con el fin de mejorar cada
celebración. Un ejemplo es la participación del colectivo de Bolilleras de la
localidad, la celebración del día de las familias, la realización de conciertos
y pasodobles... Y por si fuera poco, próximamente, todos los festeros visitarán
la residencia.
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