El jefe de zona básica del Centro de Salud Juan XXIII, Ramón Vercher (d), junto a la enfermera, Ana Moreno (2i) y Chelo Muñoz (i), durante una visita domiciliaria. EFE Desde el inicio de la pandemia del coronavirus la atención sanitaria a los afectados por este virus se ha centrado especialmente en los hospitales, y los centros de salud se han visto obligados a reorganizar la asistencia a pacientes con otras enfermedades, incrementando la atención telefónica y domiciliaria, porque "hay vidas –y otras dolencias- más allá de la COVID-19".
Así lo aseguran en una entrevista con la Agencia EFE el médico de familia Ramón Vercher, jefe de zona básica del Centro de Salud Juan XXIII, en el Departamento Valencia-La Fe, y Esther Blanco, coordinadora de Enfermería en ese centro, que coinciden en señalar que tras esta crisis sanitaria cambiará la forma de trabajar de los profesionales médicos y los pacientes harán un "uso más responsable de los servicios sanitarios".
Al centro de salud, que tiene habilitada una zona para las personas que acudan con síntomas respiratorios y puedan ser posibles casos de la COVID-19, siguen llegando algunos pacientes, aunque con el objetivo de que no acudan por el riesgo de contagio que pudiera haber, los médicos están gestionando por teléfono un porcentaje muy elevado de las consultas.
"Está claro que la preocupación es la COVID-19, pero a las otras personas también hay que atenderlas2, afirma Ramón Vercher, quien destaca que servicios como el de la receta electrónica "nos ha facilitado mucho el trabajo a nosotros y a los pacientes, que no tienen que venir al centro de salud".
Durante esta crisis sanitaria también han crecido las atenciones domiciliarias de los pacientes de los centros de salud, especialmente a aquellos que necesitan curas porque se han operado recientemente o tienen una úlcera, o para recibir el tratamiento anticoagulante con Sintrom.
En aquellos domicilios en los que hay un cuidador válido, se les enseña a hacer la cura y se le proporciona material y, de esa forma el personal de Enfermería solo acude dos días a la semana en lugar de tres, lo que también permite disminuir el contacto físico con el paciente, según Esther Blanco, que explica que la mayoría de personas a las que atienden son pacientes inmunodeprimidos o gente mayor que vive sola.
La anulación de las citas por internet y el miedo de muchos ciudadanos a salir de casa ha hecho descender la cifra de personas que se acercan hasta el centro de salud, donde solo se hacen los análisis de sangre que se consideran "indispensables", afirma Vercher.
Señala además que, aunque existe concienciación acerca de la necesidad de no acudir si no es urgente, "sigue habiendo egoístas y ha venido gente con su dolor del dedo gordo del pie derecho desde hace dos meses. Le daba igual el coronavirus".
Ramón Vercher explica que de estas crisis sanitaria también se pueden sacar "cosas positivas", una de ellas que a raíz de la pandemia "hemos tenido que reorganizarnos" y trabajar de otra forma, gestionando mejor las consultas a las que antes siempre acudía el paciente, y considera que es algo que se podría mantener en el futuro.
Considera también que están preparados por si en septiembre u octubre se produce un posible rebrote de la pandemia que, confiesa, "al principio nos pilló a todos sin saber a qué nos enfrentábamos", y se muestra convencido de que en dos semanas o un mes "la gente va a volver" a acudir a los centros de salud, aunque lo hará en mayo o junio "que es una buena época. Si esto nos hubiera pillado en pleno invierno, además de la COVID-19 habría habido más pacientes de otras patologías".
Tanto Vercher como Blanco coinciden en señalar que en estos momentos las necesidades de material de protección para los sanitarios "están completamente cubiertas", aunque reconocen que al principio de la pandemia "se desbordó". "No hubo ninguna previsión porque no se podía prever que ocurriera algo así", asegura.
También advierte de que cuando los pacientes con la COVID-19 sean dados de alta se les deberá hacer un seguimiento desde los centros de salud, lo que a su juicio producirá "un repunte de trabajo" de los médicos y enfermeros de Atención Primaria.
"Como cualquier enfermedad relacionada con virus, como la gripe, lo que estamos esperando es la vacuna, pero necesita su tiempo", indica Vercher, quien coincide con Blanco en que esta pandemia hará que la gente se vacune más en la próxima campaña contra la gripe.
De aquí "vamos a salir más concienciados y se va a hacer un mejor uso o más responsable de los servicios sanitarios", aseguran los dos profesionales de la salud, que indican que a ellos también les va a cambiar la forma de trabajar, aunque van a seguir siendo apreciados por sus pacientes. Concha Tejerina
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