Estamos a 2 de enero, y el
Molt HonorablePresident de la Generalitat nos ha anunciado un recorte de 1000 millones de euros.
De
entrada, y sin que sirva de precedente diré que por una vez estoy de
acuerdo con él. Lo estoy porque creo firmemente que la administración
gasta demasiado, aunque evidentemente lo mío no es un arrebato de la
moda política del recorte presupuestario que recorre los pasillos de
los muchos Gobiernos que hay en este país.
Si
lo que el señor Fabra propone es una reducción del gasto público en
educación, sanidad o seguridad, desde luego que, de momento, no cuente
con mi visto bueno.
Si pretende eliminar instituciones, privilegios y demás chiringuitos políticos, entonces, empezaremos a entendernos.
Creo
que un buen sitio del que podrían empezar a recortar es en las
Diputaciones, de hecho más que recortarlas lo que podrían hacer es
cortarlas. No tiene sentido que en la actual España Autonómica el ente
de referencia y de presentación de la mayoría de servicios sea el
Gobierno Autonómico, y por contra se sigan manteniendo estructuras
administrativas y representativas provinciales. Por poner un ejemplo,
que es el que me toca de cerca, diré que la Diputación de Valencia para
este 2012 se hareservadola cifra de 633 millones de euros para desarrollar sus actividades.
Nos
tienen acostumbrados desde el PP-PSOE a decir que las Diputaciones
sirven para fomentar el desarrollo de los pueblos pequeños etc etc,
pero luego resulta que uno se pone a investigar mínimamente y se da
cuenta que de los 31 diputados provinciales solo 2 corresponen a
representantes de pueblos de menos de 2000 habitantes, los demás son
alcaldes de ciudades que van desde los 10 000 habitantes al medio
millón. ¿Se habrán creido que estamos idiotas?
Con
los 633 millones que al año se reserva la Diputación de Valencia, más
los que se reservará la Diputación de Alicante, más los de la de
Castellón, seguro, que podemos tapar esos 1000 millones de euros que el
Señor Fabra quiere ahorrarse por otra parte, que no es precisamente la
de reducir administraciones viejas y caras.
Necesitamos políticos
eficientes. Me parece aberrante que muchos de los alcaldes que ejercen
de diputados en la Diputación de Valencia dispongan de asesores. Es
increíble que necesiten alguien que les asesore en sus ciudades (el que
no esté para gobernar que no se presente a gobernador), mientras ellos
están ejerciendo de políticos en otros lugares.
Además,
le daré unas cuantas ideas más, para no tener que subir el IRPF, para
que puedan de una vez por todas eliminar los barracones en los que
acinan a los escolares valencianos o para que no tengan que recortar en
financiación a la Universidades públicas, como ya han hecho.
Podrían
también dejar de gastarse 4 millones de euros en la Academia Valenciana
de la Lengua (ya sabéis de cual), de gastar en ostentación folklórica
fallera… podrían pagarse sus propias facturas de teléfono móvil, que el
año pasado ocasionaron 500 000 euros de gasto solo en el Ayto de
Valencia (será que con el sueldo que cobran no pueden pagarse la
factura telefónica). Podrían dejar de gastar 1000 millones de euros en
la fábrica de votos que es Canal 9… ¿o supondría renunciar a mucha
manipulación pagada a costa de los contribuyentes?
Como decían por ahí estas pasadas elecciones generales, tenemos unos políticos ineficientes y caros.
Es
necesaria una regeneración política, donde el que esté en política lo
esté por la convicción personal de querer mejorar la situación política
y social.
¿Recortar?
¡Sí claro! Pero primero de donde sobra. Hay demasiado político
profesional para los tiempos que corren, o en otras palabras: no hay
pan para tanto chorizo.
http://franraga.wordpress.com/2012/01/02/chiringuitos-politicos-y-otros-paraisos-administrativos/
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