Natalia Antonino.
Casi
siempre suelen ser los sábados, algunos miércoles también, con mi
carro o sin él me dirijo al mercado municipal para hacer parte de la
compra semanal, frecuento los comercios locales donde compro ropa,
zapatos, etc.; al igual que los bares o restaurantes que mi ciudad
ofrece siempre que puedo, porque entiendo que mi ciudad me aporta
todos los recursos necesarios. También compro en las grandes
superficies del municipio, ya que ahí trabajan muchos de nuestros
vecinos. Digo esto porque además de serlo hay que parecerlo, es
verdad que como ayuntamiento debemos dinamizar y poner al alcance
todos los recursos necesarios para fomentar el comercio local, pero
al mismo tiempo los ciudadanos debemos concienciarnos de que hay que
hacer uso de ellos y parece ser que a día de hoy queda todavía
mucho trabajo por hacer. Son muchos los esfuerzos que nuestros
comerciantes hacen por subsistir pero sin la ayuda de la ciudadanía
es imposible conseguirlo.
Son
muchas las razones pero pondré un ejemplo, a todos nos gusta que un
comercio colabore con nosotros para realizar cualquier tipo de
fiesta. Pero la colaboración tiene que ser mutua. Los comercios
también tienen que adaptarse y ser innovadores con el fin de atraer
al cliente, para que éste elija la opción en pro de quedarse en su
municipio a realizar sus compras y no obten por la opción de buscar
los recursos fuera.
Si
todos colaboramos mínimamente y ponemos de nuestra parte,
obtendremos un comercio local más consolidado, que además de ser un
revulsivo para nuestro municipio, es también un atractivo para las
personas. Porque una ciudad sin comercio local es una ciudad muerta y
condenada al olvido.
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