Vecinos de la población alicantina de Dolores siguen con las tareas de limpieza e intentan retomar la normalidad . El riesgo de nuevos desbordamientos del Segura en el sur de la provincia de Alicante ha disminuido por la caída del caudal del río, aunque la comarca de la Vega Baja continúa parcialmente anegada por la reciente gota fría. EFE/ Manuel Lorenzo Los vecinos de las poblaciones de la Vega Baja alicantina afectadas por las inundaciones han comenzado a evaluar las pérdidas por una gota fría que aún mantiene anegada parte de la comarca pese a que ya no llueve y a que el caudal del río Segura ha disminuido notablemente.
La última rotura del cauce que inundaba parte de la Vega Baja, a la altura de Almoradí, ya ha sido completamente taponada y desde ahora el caudal del río discurre con cierta normalidad a la desembocadura.
Sin embargo, un número aún no contabilizado de hectáreas sigue bajo el agua y se prevé que continúen así durante bastantes jornadas debido a la dificultad para la salida natural del caudal en una zona con poco desnivel en la orografía.
Aunque todavía no se han recobrado de las intensas lluvias y, sobre todo, del agua desbordada del Segura, los habitantes de las poblaciones más perjudicadas, Orihuela, Almoradí, Dolores y la Daya Vieja y Nueva, han empezado hoy a retomar la normalidad.
Mientras que buzos de la Guardia Civil siguen buscando a un holandés de 66 años arrastrado ayer cuando se metió en una acequia de Dolores, las poblaciones han recuperado los suministros de agua y luz, y las tiendas y bares empiezan a reponer sus artículos después de varios días sin que pudieran llegar los habituales proveedores.
En todo caso, unos 20.000 alumnos de ocho municipios de la Vega Baja han seguido hoy sin clases: Almoradí, Benejúzar, Benferri, Formentera del Segura, Jacarilla, Orihuela, Rojales y San Fulgencio ya que, en algunos casos, los centros se han utilizado para desalojados o para albergar a los militares de la UME.
Los vecinos ya piden las ayudas económicas prometidas después de que, muchos de ellos, lo hayan perdido "todo" por la inundación y la consiguiente acumulación de barro.
Para ello, La Delegación del Gobierno en la Comunitat ha iniciado ya los contactos con ayuntamientos y diputaciones provinciales para la gestión de las ayudas, tal y como adelantó el pasado sábado en su visita a Orihuela el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien afirmó a los vecinos que le aguardaban que el Ejecutivo "va a estar ahí".
En una visita hoy a otra de las zonas del sureste perjudicadas, Níjar (Almería), Sánchez ha reiterado que no se va "escatimar" ningún recurso para hacer frente a los distintos daños aunque ha pedido paciencia para que las administraciones puedan empezar ahora a evaluarlos.
Al mismo tiempo, algunos ayuntamientos, como los de Orihuela y Redován, han aprobado por unanimidad en sendos plenos la petición de declaración de zona catastrófica.
Los sindicatos han cifrado en millonarias las pérdidas, por ejemplo La Unió eleva a cerca de 200 millones lo que se dejará de ingresar en cosechas, especialmente en la Vega Baja, donde los daños se calculan en 167 millones con 25.000 hectáreas perdidas.
Y otras organizaciones empresariales también se afanan en cifrar las pérdidas que ha ocasionado este temporal, el más dañino en la Comunitat en muchas décadas.
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