Actualmente, las enfermedades cardiovasculares suponen una importante amenaza para las personas, dado el estilo de vida que llevan tanto hombres como mujeres. De hecho, constituyen el 30% de las defunciones en nuestro país según la Fundación Española del Corazón.
En el Hospital de Manises se atiende a una media de 1.000 personas al año por enfermedades coronarias (infarto de miocardio) aunque, la buena noticia según el doctor Luis Mainar, jefe del Servicio de Cardiología del hospital, es que “una rápida actuación y el traslado del paciente a un centro hospitalario salva vidas”.
Pero, sin duda, una vez superado el infarto, uno de los problemas que más preocupa a muchos de estos pacientes, la mayoría en edad laboral, es la reincorporación a la vida normal. No saben qué tipo de ejercicio pueden practicar sin riesgos o sienten poca motivación por emprender un estilo de vida saludable. En todos estos casos es recomendable un programa de rehabilitación cardíaca, que combine dieta y ejercicio y que prevenga al paciente de futuros incidentes coronarios.
Hasta ahora, el principal problema era el seguimiento de este tipo de programas. “De forma domiciliaria no resulta tan efectivo, ya que el paciente lo suele abandonar por desmotivación y falta de información a los pocas semanas del alta hospitalaria”, explica el doctor Luis Mainar.
SEGUIMIENTO HOSPITALARIO
Para todos estos pacientes el área de salud de Manises cuenta con un programa de Rehabilitación Cardiaca, uno de los primeros integrados en un entorno hospitalario totalmente monitorizado y que se encuentra ubicado en el Centro de Especialidades de Mislata. Este servicio permite un seguimiento integral del paciente por parte de un equipo multidisciplinar compuesto por cardiólogos, médicos rehabilitadores y fisioterapeutas. El área consta de diversos aparatos médicos y maquinaria deportiva, con cintas de running o bicicletas estáticas. “El programa prevé recuperar la máxima capacidad funcional mediante un calendario de entrenamiento físico controlado”, explica Mainar.
PROGRAMA BIMESTRAL
La duración del programa es de dos meses y el paciente se ejercita dos días a la semana (1 hora y 15 minutos por sesión). En las clases se realiza un entrenamiento físico, normalmente aeróbico, con tablas de fisioterapia y ejercicios de bicicleta, siempre con una vigilancia telemétrica.
Pero los profesionales del Hospital de Manises también tratan otros aspectos importantes en la rehabilitación como la alimentación, el control de los factores de riesgo y los patrones de conducta para analizar la ansiedad y depresión. “El objetivo también es disminuir el periodo de convalecencia y potenciar la readaptación personal, social y laboral del paciente mediante técnicas psicológicas que ayuden a superar la enfermedad y las complicaciones asociadas, como la depresión”, señala el jefe de Cardiología.
Con todo este programa integral se intenta, además, disminuir la mortalidad asociada a nuevos eventos cardiacos. Se calcula que, sólo con el seguimiento de la medicación y la realización de ejercicio físico moderado, el riesgo de un nuevo infarto cae del 8% anual a un porcentaje inferior al 2%. “El objetivo es reeducar al paciente”, concluye Mainar.
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