Fábrica CIBO en el municipio de Llíria. Foto EPDASegún la concejal de Compromiso per Llíria, Inma
Riera Lloret,” desde que se cerró la fábrica de CIBO el deterioro del edificio
ha sido espectacular, primero, por el expolio que gente sin escrúpulos
realizaron dentro del recinto y después, por el abandono que han sufrido las
instalaciones de la empresa”. Riera apunta además que el techo de la fábrica es
de amianto, un producto muy cancerígeno si se rompe, puesto que las partículas
que se desprenden se mantienen en el aire y el viento las transporta, pudiendo
acabar en las vías respiratorias.
“También está en un estado muy peligroso el acceso
a la fábrica, dado que, si cualquier persona o pequeño entra al recinto, se
puede encontrar con una laberinto lleno de hoyos y estructuras tan deterioradas
que pueden provocar cualquier accidente”.
La concejal de Compromís afirma que, después de presentar una moción en el
pleno municipal, la concejal de Medio ambiente se comprometió a tener
precaución del asunto, pero hoy es el día que las medidas de seguridad han sido
insuficientes, puesto que sólo se han tapiado las ventanas que dan a la
autovía, mientras que las ventanas y los accesos realmente peligrosos que son
los que recaen a la urbanización de Montecollado están en iguales condiciones.
Es decir, ventanas sin tapiar, donde todas las partículas del amianto salen sin
ningún problema y son respiradas por los vecinos y vecinas que viven en pocos
metros de la fábrica; accesos sin cierre de puertas, que hacen que cualquiera
tenga un acceso abierto sin ninguna traba.
La moción también pedía que se estudiara el impacto que pudiera estar
produciendo a los vecinos y vecinas de Montecollado el amianto del techo de la
fábrica, dado que como bién se denunció, el techo está cayendo a trozos y es
muy urgente que se tomen las medidas para salvaguardar la salud de los
llirianos y llirianas que viven en esta zona residencial de la localidad.
A estas alturas, apunta Riera, han trasncurrido 3 meses desde que alertamos de
esta situación y el ayuntamiento todavía no cuenta con ningún informe que
descarte posibles daños o efectos colaterales a la salud de las personas por el
expolio de la fábrica CIBO y por el deterioro y rotura de las uralitas de
amianto que están desprendiéndose de su techo.
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