Luis Suller, Concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Villar y miembro de Ecologistas en Acción La Serranía. /EPDA o había llegado la primavera y la temperatura ya superaba los 34ºC, la lluvia hacía ya meses que nos abandonó, fuertes rachas de viento seco de poniente y una humedad de menos de un 20% nos anunciaba que ya estábamos en junio en pleno periodo estival. Pensaba que soñaba, pero la realidad me desbordaba. Mientras las negligencias por quemas de podas e imprudencias varias se cebaban con nuestros montes, en los últimos días de marzo ¡más de 25 incendios ya! (sólo en los montes valencianos, amén de los más de 150 en el norte de la península).
El que hizo reaccionar a nuestrxs politicxs, prohibiendo las quemas, fué el de Villanueva de Viver. Algo que ya pedí por escrito ante la grave sequía y el estado de los montes, a la consellera de Transición Enérgética y Emergencia Climática (Isaura Navarro) cuando un incendio se cebó con 50 has entre los términos de Villar y Casinos.
El primer gran incendio ha devorado 4700 has de montes, además de docenas de viviendas y corrales, manteniendo una semana desalojadxs a más de 1700 vecinxs, ¡menuda pesadilla!
Este incendio debe ser un antes y un despúes, si se quiere atajar la grave situación de abandono del mundo rural, ha puesto de manifiesto la precariedad laboral de los trabajadorxs de extinción de incendios, pero también a lxs de prevención como las precarias brigadas del EMERGE y la vulnerabilidad de nuestros ecosistemas.
Se debe acabar con la estacionalidad de las brigadas, las condiciones climáticas han cambiado y han llegado para quedarse. Hacen falta profesionales en los trabajos de prevención y extinción todo el año. Las brigadas precarias de 6 meses sin formación donde cualquier persona cabe para podar y clarear monte, deben acabar. Yo mismo en mi condición de concejal me he visto en la situación de tener que dirigir trabajos de estas brigadas de prevención de Riesgos (EMERGE) ¿qué pasa están a merced de los que les mande el concejal o alcalde de turno? No hay dirección técnica ni previsión laboral. Sin medios, sin herramientas, sin formación... Nos mandan un vehículo de 2 plazas para 5 operarixs ¿pero qué es esto? ¿Encima debemos estar agradecidxs? Un poco de seriedad señoritxs gobernantes de capital. Estamos necesitadxs, pero como cantaba el Ovidi, “Ja no ens alimenten molles, volem el pa sencer”.
Estas son las limosnas que nos conceden para gestionar el 85% del territorio o esto cambia o en 2 años como este, perderemos el tesoro que son nuestros bosques y sin ellos ya nos podemos ir detrás (no se donde la verdad) tendremos más abandono y más despoblación. ¿Quién va a querer quedarse a vivir en medio de una zona quemada? ¿Quién va a hacer turismo a una zona devastada?
Las actuales políticas forestales son poco pan pa hoy y mucha hambre pa mañana, como si en la gestión de la pandemia se hubiera invertido solo en enterradores nada de médicos ni hospitales. A ver si de una vez por todas el medioambiente pasa a ser una prioridad en la agenda política y se nos dota de presupuestos a estos municipios que tanto aportan al bien común.
Si no somos conscientes de la gravedad del caos climático, este nos arrastrará como un ciclón. Para bajar las temperaturas y preservar el aire limpio en nuestros pueblos hay que plantar, plantar y plantar. Sembrando agua plantando árboles para mantener el mundo rural vivo y un futuro digno.
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