Alberto Usó en la presentación de su libro Hace tres meses cuando Alberto Usó presentó su nuevo libro en Segorbe,
‘Las últimas tribus del vall del río Omo’ por cierto agotado, ya anunció que
estos primeros días de diciembre iba a viajar a Etiopia en una de sus aventuras
solidarias por la inmensidad del África ecuatorial.
Entonces ya pidió la colaboración de todos los asistentes al acto,
realizado en el Salón de los Alcaldes del Ayuntamiento de Segorbe, y no sólo
para vender el libro, cuyo importe se ha destinado íntegramente para la gente que
conoce desde hace años en ese valle del río Omo, sino por si alguien estaba
interesado en aportar prendas, o comida, o medicamentos, eso sí, cosas poco pesadas y poco voluminosas
para poder trasportarlas con facilidad.
Hoy Alberto Usó vuela por el cielo africano con el mismo destino y
seguramente tendrá que recurrir a la ayuda física de algún voluntario amigo
porque, así me lo contaba al partir: “estoy pelándome con el equipaje, no me
cabe todo lo que llevo”. Y no es para menos. Vayan sumando: “10 navajas, 18
linternas, 20 botiquines, medicinas variadas, 20 cajas de Malarone contra la
malaria, 30 cochecitos de juguete, 7 muñequitas, 8 pelotitas, globos,
caramelos, 12 relojes, 10 gafas de sol, 22 espejos, 12 gorras, colgantes,
pulseras, 5 libros míos para regalarles, pañuelos de seda, mogollón de
camisetas, también ropa de mujer y de niña, botellas de Permetina contra los
mosquitos, una docena de mochilitas, alrededor de 200 fotos de todos ellos… y,
si me cabe, mi ropa, la máquina de fotos… calculo facturar 50 kg y en la
espalda lo que pueda”.
Todo esto en especie, pero por delante ha enviado ya el dinero: “allí
ya tengo comprados 2.000 kg de sorgo, 60 mantas, 60 toallas, 60 ollas y
cacerolas, 60 garrafas de 50l… Ya tengo contratado un camión y un pequeño
almacén para guardarlo todo… y luego a repartirlo en un todo terreno por los
poblados más pobres. No creo que tenga tiempo para aburrirme”.
Allí, en el valle del río Omo, hay gente, familias enteras
esperándolo, sobre todo sus dos ahijados, Kero y Elyas a los que está costeando
sus estudios universitarios y su manutención, y también Botolo, una mujer
extraordinaria a la que Alberto ayuda para sostener a las 20 personas que
forman su familia, y otros muchos habitantes del valle, pertenecientes a
distintas tribus como los mursis o los hammer.
Alberto se encuentra satisfecho por lo que realiza, y sobre todo es
feliz porque ve que con su esfuerzo hace felices a los demás.
Vuelve pronto, que aquí también te necesitamos.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia