Una joven escribe un mensaje en su teléfono. EFE/Archivo Contestar de forma compulsiva a los mensajes recibidos en el teléfono móvil, o comprobar continuamente si aparece el doble "check" para saber si otra persona ha leído el mensaje que le hemos enviado, pueden ser síntomas de una dependencia exagerada hacia los teléfonos inteligentes.
Según asegura la doctora Elisa Ibáñez, psiquiatra de las unidades de desintoxicación y salud mental de los hospitales Vithas Nisa Aguas Vivas y Valencia al Mar/Ivane Salud de Valencia, el cambio en las formas de relacionarse está provocando "una aumento de problemas como la dependencia al móvil o la disminución del rendimiento escolar".
Según un estudio realizado por el Pew Research Center en 2018, las aplicaciones de mensajería inmediata se han convertido en la principal herramienta de comunicación entre adolescentes, si bien hay una serie de síntomas que pueden aparecer en personas que presentan comportamientos irrefrenables al uso de aplicaciones de mensajería inmediata.
Entre esos síntomas se encuentran contestar de forma compulsiva a los mensajes recibidos, incapacidad a la hora de relacionarse con otras personas sin dejar de utilizar el teléfono móvil, utilizar la aplicación como una forma de controlar a la pareja o consultar permanentemente si la otra persona ha leído el mensaje.
Estas personas también suelen presentar nomofobia o miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil o el síndrome de la llamada imaginaria, ya que al estar pendiente del smartphone continuamente se cree que se reciben llamadas o mensajes que realmente no se han recibido.
Los síntomas pueden ir más allá de los psicológicos y aparecer problemas físicos como tendinitis, ausencia de sueño, dificultades en el aprendizaje o mente ausente y disminución de la capacidad de retención.
Pese a darse de forma especial entre adolescentes, la adicción a determinadas aplicaciones de mensajería también se da en adultos sin ningún tipo de patología psicológica, añade el comunicado.
"Las personas que utilizan esta herramienta diariamente para comunicarse durante la mayor parte del día y realizan un mal uso, pueden desarrollar conductas obsesivas, convertirse en personas posesivas y controladoras, experimentar depresión o celos que pueden interferir en la vida personal, sentimental y social, generando malestar emocional", aseguran Clara Díez y Marta Escobedo, psicólogas de las unidades de desintoxicación y salud mental de los hospitales Vithas Nisa Aguas Vivas y Valencia al mar/Ivane Salud.
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