Familiares y amigos daban en este tanatorio el último adiós a la viuda de Vicente Sala. EFE/Manuel Lorenzo/Archivo
El único acusado del crimen de María del Carmen Martínez, viuda del
expresidente de Caja Mediterráneo (CAM), su yerno Miguel López, confesó a
un amigo en el velatorio de su suegra que le detendrían durante 72
horas y que luego estaría entre "tres y cuatro años en prisión
preventiva".
Francisco Javier A.M., amigo de la familia aunque
especialmente del primogénito de Martínez (Vicente Sala Martínez), ha
testificado en la sexta sesión del juicio con jurado en la Audiencia
Provincial de Alicante, donde ha calificado al acusado, Miguel López,
como un hombre "muy extrovertido", "nada discreto" y también
"vehemente".
A preguntas del fiscal, se ha referido a su
encuentro con López en el tanatorio horas después del crimen, una escena
donde se reflejan las disputas familiares en relación a las empresas
que tenían entre la víctima y su primogénito, de una parte, y las otras
tres hijas, por otro lado.
Francisco Javier A.M. ha recordado que
se acercó a Miguel López para darle el pésame y que, nervioso, éste
aludió a que el primogénito llevaba cuatro horas declarando ante la
Policía y que esperaba que fuera "sensato, como yo", y dijera a los
agentes que "había problemas en la sociedad pero como en todas las
empresas familiares".
A continuación, le afirmó que "todo el
mundo sabía que mi suegra había perdido la cabeza hacía dos años", unas
afirmaciones que profirió "muy alterado, con los ojos abiertos y
hablando muy deprisa".
"Daba un poco de miedo", ha asegurado el
testigo a los miembros del jurado, al tiempo que ha recordado que Miguel
López "hablaba muy alto y gesticulando los brazos" como si "hubiese
tomado un 'Red Bull'" pese hallarse en ese momento en el tanatorio.
También
ha indicado que el acusado le criticó que durante la noche previa, la
del crimen, Vicente Sala Martínez se reuniera con dos de sus asesores, a
lo que el testigo le replicó que estaba convencido de que ese encuentro
se habría celebrado en calidad de "amigos personales y no asesores"
porque, en su opinión, el primogénito estaba muy afectado por la muerte.
Tras
estos comentarios, que el testigo ha confesado que le dejaron
"descolocado", López prosiguió: "Yo sé que voy a estar 72 horas
detenido", a lo que Francisco Javier A.M. le señaló para tranquilizarle
que la Policía no actúa así.
Pero el acusado continuó que "esto va así: Yo estaré 72 horas detenido y luego 3 ó 4 años en prisión preventiva".
El
testigo ha señalado ante el jurado su incomodidad ante esa
conversación, que en ese momento consideró "disparatada", y ha agregado
que para intentar "cambiar de tercio" le manifestó que lo que deberían
hacer los cuatro hermanos (el primogénito y sus tres hermanas) era
"encerrarse en una habitación y tirar las llaves hasta llegar a un
acuerdo", en relación a sus diferencias por los negocios familiares.
Este
testigo ha explicado que había un "enfrentamiento muy fuerte y duro"
entre Vicente Sala Martínez y sus hermanas por el tema económico, dentro
de unas relaciones que se fueron deteriorando "poco a poco" a raíz de
la muerte por enfermedad unos años antes del padre.
A preguntas
de las partes, ha dejado claro que los dos bandos eran la viuda, el
único hijo varón y la hermana de la primera, por un lado, y las tres
hermanas, por otro.
La declaración de este testigo se ha
producido en una jornada en la que también ha testificado la asistenta
de la casa de la víctima, María Milagros J., quien ha explicado que las
hijas no comían con su madre ni se hablaban con ella desde seis meses
antes (desde el 29 de junio de 2016).
Ha añadido que, pese a no
compartir mesa y mantel con su madre, las hermanas sí se llevaban tanto
la comida como la cena del domicilio de la víctima.
También se ha
referido a un "altercado" en un almuerzo previo en la que estaba la
hermana de la víctima, durante la cual el acusado, Miguel López, pegó
"un puñetazo en la mesa y salió" de la estancia, un "pronto" que fue "la
primera y única" vez que ha visto en él.
Ha definido a López
como un hombre "nervioso y con tono de voz alto" y de la víctima ha
recordado su carácter "afable, sencillo, la seguridad en sí misma" y la
repetición de "rutinas" diarias.
La asistenta ha recordado, del
mismo modo, que un día la víctima le explicó que alguien había "tocado"
las cosas de sus cajones y le añadió que desconocía quién podría haber
sido.
María del Carmen Martínez falleció la tarde del 9 de
diciembre de 2016 tras recibir dos disparos en la cabeza efectuados a
corta distancia cuando fue a recoger su vehículo en el concesionario de
coches Novocar, propiedad en aquella época de la familia y administrado
por Miguel López, marido de la hija pequeña de la víctima, Eva Fuensanta
Sala Martínez, conocida como Fanny.
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