Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores en un instante de la entrevista. /Laura Florentino P- ¿Qué balance hace la Asociación Valenciana de Agricultores de estos 8 años de legislatura del Botànic?
R- El PSPV llevaba un programa agrario muy grande, consensuado con el sector. Pero con el pacto, la conselleria ha estado presidida por Compromís, lo que ha motivado ralentizaciones como en la ley de estructuras, la de la huerta, la financiación adecuada para la conselleria... Además Compromís tiene un carácter más ambientalista que agrario, lo que ha provocado que Medio Ambiente tenga un presupuesto desmesurado. Seguimos con mucha burocracia, una PAC que discrimina la agricultura valenciana... No obstante, las personas, principalmente del PSPV, han hecho todo lo que ha podido para mejorar las relaciones agrarias. Se ha avanzado también en el IVIA, aunque queda mucho pendiente en investigación agraria.
Se trata de una conselleria donde ha habido mucha tensión interna con varios ceses y tres conselleras. ¿Ha afectado a la relación con AVA-ASAJA?
Siempre hemos tenido relación de cortesía, pero no de intimidad con ninguna consellera. Éramos observadores de esas tensiones internas nosotros mismos. Con el tiempo con Mollà habíamos mejorado mucho la relación, porque vio que en AVA-ASAJA hacíamos reivindicaciones claras... Pero hay muchos tabúes en Compromís. Nunca nos hemos sentido cuidados.
¿Esperan más sensibilidad con el sector por parte del nuevo gobierno de centro-derecha que va a gobernar la Generalitat?
Con el primer Botànic ya tenía grandes esperanzas porque habíamos acordado con el PSPV la hoja de ruta. Siempre que hay elecciones presentamos nuestras reivindicaciones. De aquí a cuatro años te podré decir si las cosas se han cumplido o no. Los hechos son lo que demuestran las cosas. Los documentos que tienen nos gustan, pero habrá que ver a quién ponen. Esperamos que pongan a una persona del sector en el área de Agricultura y personas en Medio Ambiente con criterios de sensibilidad hacia los agricultores, que somos los primeros ecologistas. Desde el consenso es desde donde mejor se trabaja.
¿Cuáles van a ser las primeras reivindicaciones que van a trasladar al nuevo conseller de Agricultura?
La persona que se incorpore lo tiene crudo. Tenemos una PAC que echa a los agricultores de sus campos. Valencia es la región con menos jóvenes en el campo, con la media de edad más alta, con 171.000 ha de suelo cultivable abandonado... Vivimos con una sociedad que vive de espaldas al campo, pero que se alimenta todos los días. ¿Cómo hago la vida complicada al campo si me tiene que alimentar todos los días? Valencia será de las primeras ciudades europeas que tenga más problema con esto, porque tiene los agricultores más envejecidos....
En cuanto al tema del agua... ¿Confían en que el nuevo ejecutivo ponga solución a los problemas con los caudales del trasvase Tajo-Segura? ¿Por dónde deben venir las soluciones?
El nuevo gobierno debe tener sensibilidad con el sector agrario. La agricultura del futuro es con agua, o no habrá ni agricultura ni agricultores. Hay que decidir si se quiere agua o desierto. En el desierto viven muy pocas personas. Somos cinco millones de personas, se necesita mucha agua y mucha alimentación. Hay que garantizar que haya agua suficiente, somos la fábrica de hortalizas de Europa. Hay que ser sensatos. Tiene que haber un gran pacto del agua, con informes de expertos y que analicen de que manera se puede compartir el agua donde la hay. Tenemos que generar autopistas europeas de aguas, igual que hemos creado para que circulen por el continente los coches y los trenes. Si Europa no cambia, su visión le saldrá cara.
¿Qué papel deberían tener la desaladoras construidas en el sur de Alicante en este gran pacto del agua?
Son una salida cara y contaminante y deben ser la última opción. Es una solución que vale seis veces más que las demás. Analicemos también cuánta agua que llueve se va al mar. Cuando eso esté aprovechado, entonces pensamos en las desaladoras.
¿Qué balance hacen de estas últimas lluvias en los campos? ¿Se ha mitigado el problema de la sequía para los meses estivales?
En Valencia en las zonas de regadío está garantizada el agua este año. Las lluvias de ahora han sido una salvación para el secano y un reposo para los embalses. Ha habido destrozos con granizo y arrastres en algunos sitios, dañando fruta como la cereza, albaricoque y el ciruelo. Pero ha sido muy bien recibida.
Hace unos días se desató la preocupación tras activarse el protocolo por la gripe aviar en l’Albufera. ¿Debemos de estar alarmados por este tema?
Estaríamos todo el año desesperados de ser así. Tenemos un Parque Natural que es punto de paso y nidación de aves migratorias. Continuamente llegan aves enfermas, y si se detecta se analizan y se eliminan. En ocasiones particulares como ahora, se siguen métodos de prudencia de cobijo, para que no se expanda entre las aves que están de paso. Nuestras granjas están preparadas para minimizar los efectos. No hay que ponerse nerviosos, aunque vengamos del covid.
En muchos casos, las soluciones para los grandes problemas del campo valenciano pasan por Europa. ¿Está siendo útil la oficina que tenemos en Bruselas? ¿Todavía no contamos con ese lobby que tiene que defender los intereses de los países del sur?
La oficina de la Comunitat Valenciana no está ubicada donde debería estar, está lejos de la zona donde se toman las decisiones. Las personas que están en esa oficina deben tener una facilidad constante para poder entrar a los despachos, asesores y responsables parlamentarios... Se necesita además gente preparada y abierta...Y eso hoy la Comunitat no lo tiene, está por el camino, pero es manifiestamente mejorable. Lo que valen son los resultados.
La Comunitat es uno de los territorios que lideran el abandono de los campos en España, también tiene a la población agraria más envejecida. Es evidente que la estructura de minifundios no beneficia, pero ¿cómo le ponemos solución?
Hay que tomar decisiones. Pese a ser el territorio con más minifundios, somos una potencia productora de frutas y hortalizas en España, y todavía más comercializadora. Pero nos están ganando la partida. Otros avanzan a una velocidad superior a la nuestra con estructuras agrarias que se encargan de mejorar continuamente. Si el sector agrícola es productivo económicamente, la población rejuvenece. Estamos 15 o 20 años ya hablando de planes agrarios, todos los consellers hacen uno y se quedan en el camino. Estamos al borde del precipicio. Se necesita un plan consensuado con el sector y todos los partidos políticos, que lo mantengan, independientemente, de quien gobierne. Tiene que tener muchas medidas fiscales, incentivos y presupuesto aumentando la superficie agraria.
Uno de los grandes desafíos de este envejecimiento lo vamos a ver con la puesta en vigor del cuaderno digital al que tendrán que adaptarse las explotaciones en los próximos años. ¿Cómo va a afectar?
Calculamos que cerca de 30.000 ha se van a perder con la puesta en marcha del cuaderno digital, porque en muchos casos no van a poder abordar los cambios. Es una auténtica salvajada. Va a multiplicar los costes por tres a los agricultores valencianos. En Bruselas hace falta sensatez. Allí llueve mucho y se piensan que en toda Europa es igual. Si yo el naranjo no lo riego continuamente el árbol se muere y no produce. Esas son las diferencias en la realidad que no quieren ver. Y los políticos españoles, en cuanto llegan a Bruselas, se olvidan del clima que tenemos aquí.
La fauna salvaje está generando cada vez más daños en los campos y también en las zonas urbanas diseminadas. ¿Cómo plantea AVA-ASAJA abordar este problema?
Ya llevamos muchos años con esto. Han muerto muchos campos y árboles por conejos, muchas instalaciones de regadío rotas, tenemos muchos asociados dañados por animales.... Nadie saca las personas que han muerto por jabalíes o con ciervos, decapitados por los cuernos que atraviesan las lunas de los vehículos. Ni los ataques del lobo, donde las vacas, los caballos acaban descuartizados...No se dan cuenta de que el lobo no puede convivir cerca de parques, zonas forestales o cerca de vías de paseo... La gente ha perdido el equilibro de las cosas. Fauna ha habido toda la vida, y los encargados de controlarla eran los cazadores. La fauna está desbordada y llegamos a un límite con un 90% de fauna silvestre con sarna. Y eso es peligrosísimo. Con sequía y cambio climático esta fauna va a los campos y se comen la comida. Pero a los políticos parece que eso no les molesta. Moleste que te peguen un tirón en el bolso en la Plaza del Ayuntamiento. A esos animales habrá que cazarlos, esterilizarlos... Lo que sea. Las buenas palabras no regulan. Regulan los planes serios y dotados.
Los mercados de venta directa fueron una de las medidas impulsadas por el Ayuntamiento de Valencia para paliar el problema de los precios justos. Algunos, como el del Mercado de Colón, fueron muy criticados por la oposición… ¿Deben mantenerse?
Yo no hubiese puesto el mercadillo en el Mercado de Colón. Yo fomentaría la venta directa en la senda de los caminos. Que la gente salga a pesar por el campo y que a determinadas horas hubieran mercados de ciudad en pleno campo. Para que se vea de donde nace el producto. Y que la gente vuelva con los carritos de la compra llena. Hay gente que se hace 15 kilómetros paseando por el río, pues que paseen por la sendas seguras. O que aparquen cerca y se desplacen por la huerta. Es la mejor imagen de la huerta. No hace falta llevar cebollas al mercado de Colón. Para eso ya existe la tira de contar de Mercavalencia, sin hacer competencia a las tiendas de los mercados.
¿Pero qué competencia hacen estos mercados a las horchaterías y cafeterías que hay en el Mercado de Colón?
También hay alguna tienda de alimentación. No obstante, si tu quieres hacer algo así, lo puedes hacer en al Alameda, donde hay unos jardines grandísimos y la gente va allí y compra. Pero alrededor del Mercado de Colón hay un montón de tiendas.
En cuanto al impulso de la producción ecológica, también ha sido una de las líneas a seguir por el Botànic para incrementar el valor del producto valenciano. ¿Se debe mantener esta estrategia?
Iba con los principios de Compromís y Podemos. Nosotros trabajamos con agricultura ecológica desde que nacimos. Pero debe quedar claro que en los productos convencionales la calidad está más que demostrada. Los tratamientos autorizados en Europa tienen las exigencias más grandes del mundo.
Por el contrario, la pérdida de la capacidad productiva de cítricos en la Comunitat Valenciana a lo largo de las últimas tres campañas es una realidad. ¿Estamos en un punto de no retorno con estos productos emblema de la Comunitat?
Todo es reversible si las decisiones políticas son acertadas. Cuando un cultivo vale dinero y al agricultor le es viable, se suman más agricultores y generan una tendencia de producción. Aquí hubo tiempo de mucha fresa, mucha sandía, mucha cebolla... Se ha cambiado porque la gente perdía dinero. La ley de la cadena es muy clara, con condiciones muy explicitas que garanticen una viabilidad suficiente. En la economía no es todo negro, ni todo blanco. Debe haber precios dignos, también para los intermediadores, pero el eslabón más débil, el agricultor, tiene que tener su precio justo.
¿Cuáles son las principales reivindicaciones que lanzan al próximo gobierno central?
Debe seguir existiendo un Ministerio de Agricultura fuerte y potente, bien dotado económicamente para apostar en investigación, liderar los avances tecnológicos, manteniendo las rentas a través de los seguros, que apueste por las mejoras estructurales para poder hacer más viables las explotaciones. Que tutele la consecución de un cuerpo amplio de ingenieros agrícolas para atender la nuevas formas de agricultura. Y que tenga ideas políticas muy claras para defender la agricultura mediterránea con el agua como su elemento esencial.
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