Cristina RamónCoincidiendo con
las fechas navideñas el tenista Rafa Nadal, ganador de 20 Grand slams, decidió
donar 3000 kilos de comida al Banco de Alimentos de Mallorca a través de su Fundación,
haciendo que las familias más necesitadas pudieran comer un plato caliente en
Navidad. Desde que saltara esta noticia, no han sido pocas las críticas que ha
recibido el tenista mallorquín a través de las redes sociales, que han acusado
al ganador de 12 Roland Garros de querer conseguir publicidad con esta acción.
En España somos
mucho de criticar lo que hacen otros, ya esté bien o esté mal. Ya se sabe,
“medio mundo critica al otro medio”. Pero reprobar la solidaridad de otra
persona, en este caso la de Nadal, es algo que me cuesta entender. En un año
durísimo, marcado por la pandemia del Covid19, cada granito de arena y cada
mano cuentan para lograr el objetivo de derrotar al virus y conseguir que los
más desfavorecidos noten lo menos posible las consecuencias de esta crisis
social y sanitaria. Estoy más que convencida de que Nadal no lo ha hecho para
conseguir ningún tipo de publicidad, ya que en primer lugar no le hace ninguna
falta y siempre ha sido una persona a la que fuera de las pistas de tenis no le
gusta llamar la atención. La donación realizada ha sido un gesto altruista que
deberíamos todos agradecer en vez de criticarlo. Nadal es el mejor deportista español
de la historia y no necesita ningún tipo de promoción, ya que se ha ganado su
reconocimiento en las pistas a base de victorias y un ejemplo exquisito de
deportividad.
No es la primera
vez que un gesto solidario de Nadal es criticado por sus pocos detractores en
redes sociales. En 2018, al balear no le dolieron prendas a la hora de
remangarse junto a sus vecinos y achicar agua después de las terribles
inundaciones que asolaron la isla. En aquella ocasión, los twitteros de turno
acusaron al balear de hacer postureo al prestar ayuda en aquel desastre
natural. No parecen entender que Rafa es así, generoso y altruista, grande
dentro y fuera de la pista. Siempre está dispuesto a ayudar allí donde lo
necesiten, como cuando en pleno confinamiento creó la iniciativa “Nuestra mejor
victoria” junto a Pau Gasol, para recaudar fondos junto a Cruz Roja en la lucha
contra la pandemia. Criticar la solidaridad ajena no es de ‘guapas’. Ojalá en
este país entendamos por fin el sentido de la solidaridad, de ayudarnos y apoyarnos
unos a otros cuando más lo necesitamos. Quizá de esta forma las cosas nos irían
mucho mejor.
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