Ana Barberá PastorEl verano nos habla, y las altas temperaturas nos dicen que esto no es casual, y que algo de
responsabilidad tenemos. Lo que ya sabemos es, que mucho más fácil que la ardua tarea de
regenerar lo perdido, es cuidar y preservar lo que ya tenemos.
¿Por qué obviamos lo evidente? Tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo y tomar decisiones
valientes. Cuando se oyen voces que hablan de bosques urbanos y de corredores naturales,
cuando el urbanismo salvaje debería de ser algo del siglo pasado, nos encontramos en Godella
con la revitalización de un plan urbanístico, que debería estar más que caducado, y que si sigue
adelante va a arrasar con uno de los parajes más valiosos del término ubicado en la Canyada de
Trilles, la loma más alta conocida como La Torreta del Pirata.
¿Qué se puede hacer cuando el Plan General de Ordenación Urbana de Godella es de 1990?
Como bien afirman los que nos gobiernan está “vigente”, pero se les olvida añadir que está
obsoleto. Las regulaciones dictadas por la Unión Europea, que entre otros aspectos dan especial
importancia al impacto ambiental, no le afectan por ser anterior a ellas. ¿No será este uno de los
motivos por los que no interesa redactar un nuevo Plan General?
Sorprenden los argumentos que de manera reiterada nos llegan en defensa de la urbanización de
este espacio natural, y nos hacen creer que aportará mejoras evidentes ¿Nos tomarán por
ignorantes? ¿Pueden convencernos de que se va a mejorar el problema de las aguas pluviales
cuando sabemos que es básico maximizar la infiltración natural en el terreno? ¿O es que no
sabemos que el principal problema de las inundaciones está provocado por el exceso de
construcción en zonas que recogen cuencas pluviales como es el caso de Godella?
Y es ahora, ya entrados en los días calurosos del verano, cuando nos sorprende y alerta la reunión
de la Comisión de Urbanismo, con las alegaciones en la mesa y de las que todavía no se ha
obtenido respuesta. Entre ellas se encuentra el informe demoledor emitido por un Ingeniero del
Departamento de Ingeniería Hidráulica de la UPV que desaconseja totalmente que se ejecute la
urbanización de la Canyada de Trilles.
Nuestros representantes en el Ayuntamiento son los que tienen el poder de decidir, son los que van
a firmar los acuerdos que determinarán, sin vuelta atrás, si las máquinas entran o no en la loma de
Godella. Y si entran las máquinas eso sí que es irreversible, y el verano nos preguntará, cada año,
sobre lo que ya no existe.
Cuando el verano nos habla… entran las máquinas ¿o tal vez no?
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