Francisco Crispín.
A
finales del año 2006 se creó una Mesa Técnica, compuesta por
técnicos del Ayuntamiento de Sagunto y Lafarge, renombrados biólogos
, botánicos y geólogos independientes, cosultores y entidades
medioambientales, hasta 12 miembros, con el objetivo de explorar
soluciones para: la conciliación de intereses entre el futuro Paraje
Natural Municipal de la Montaña del Romeu y el mantenimiento de la
actividad de la fábrica de cementos mediante el abastecimiento de
caliza en Sagunto. Los trabajos se recogieron en un dictamen que fue
elevado a alcaldía.
Teniendo
en cuenta este dictamen, la consecución de ese objetivo pasaba en
dotarse de un instrumento, en este caso un convenio, que estimulara a
la empresa a abandonar cuanto antes la actual cantera del Salt del
Llop, sita en el paraje natural municipal de la Montaña de Romeu,
para hacer posible el citado parque natural, facilitando como
alternativa la apertura de otra cantera en la zona de nuestro término
municipal denominada Barranco de la catalana Piñal. Pero no sería
hasta el mes de abril del año 2013, cuando el pleno de la
Corporación aprobó un convenio, en el que se conciliaba una
solución por la que se dota al municipio de una zona natural
protegida de más de 250 ha., cercana al núcleo urbano. En ese
convenio se recogía, asimismo, la colaboración por parte de este
Ayuntamiento con la empresa, para agilizar los trámites legales
necesarios y colaborar en la obtención de los permisos para la
apertura de una nueva cantera en el Pinyal. De esta manera, Lafarge
garantizaba su actividad y, al mismo tiempo con la apertura de la
nueva cantera, y las condiciones que se incluyeron en el convenio, la
empresa estaría obligada a abandonar Salt del Llop. Transcurridos
más de 7 años desde que se dieron las premisas para la
conciliación, tanto el equipo de gobierno anterior, como el actual,
no han hecho nada.
Y
esto ha sido así porque el convenio finalmente redactado por Lafarge
y el anterior equipo de gobierno, y aprobado por aquel ayuntamiento,
en la práctica, no solo no estimulaba a la empresa a abandonar a la
mayor brevedad sus actuales instalaciones extractivas, causa del
litigio, sino que garantizaba a Lafarge el
mantenimiento a largo plazo de la actual cantera de Salt del Llop,
además de comprometerse a facilitar la apertura de otra cantera en
la zona del Piñal, es decir, en vez de una, dos canteras.
El
actual estado de cosas, alimenta la radicalizacion del actual equipo
de gobierno Compromís-ADN-EU, con el alcalde a la cabeza, que se
aferra posiciones intransigentes en relación a la Montaña Romeu,
que es contestada con la estrategia tradicional de la empresa
Lafarge, que utiliza a los trabajadores como rehenes, amenazando con
el cierre.
Es
imprescindible un cambio de actitud por ambas partes. Los socialistas
lo tenemos claro, es fundamental y urgente la revisión del convenio
de 2013, - un convenio que se ha demostrado ineficaz , que ha quedado
obsoleto,- y revisarlo desde la voluntad recoger un espíritu
conciliador entre el medio ambiente y los puestos de trabajo. No hay
explicación racional posible para que después de 7 años, con las
bases para poder dar la solución a este complejo dilema, sigamos
prácticamente como al principio. Los responsables tienen nombre y
apellidos y habrán , sin duda que responder por ello.
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