Imagen de archivo de una menor en un parque. EFE/Ana Escobar/Archivo Un septuagenuario residente en el municipio de Ibi
(Alicante) ha sido condenado a 4 años de prisión por abusar sexualmente de una
niña de 13 años, hija de unos conocidos, mientras acudía a acompañar a su nieto
al domicilio de su víctima para que recibiese clases particulares.
Los hechos se produjeron a lo largo de los meses de abril y junio de 2017 y la
sentencia, dictada por la Sección Tercera de la Audiencia, considera probado
que el procesado aprovechó la relación de confianza con la familia y con la propia
menor para practicarle tocamientos en el pecho y en el pubis durante varios
episodios distintos.
Todo mientras esperaba a que finalizasen las clases particulares de su nieto,
en una estancia que compartía con la menor.
En la primera ocasión, según el fallo, el acusado se ofreció a realizar un
masaje a la niña en la cabeza y la espalda, a lo que ella accedió "ante la
aparente inocuidad de la propuesta".
En un segundo episodio, el procesado volvió a ofrecerse a realizar un masaje en
la espalda a la menor y, en ese momento, le desabrochó el sujetador y comenzó a
tocarle un pecho, lo que llevó a la menor a abandonar la habitación.
Según la sentencia, la niña contó lo sucedido a sus padres, pero estos no le
dieron importancia "ante la plena confianza en la conducta" del
acusado, al tratarse de un conocido.
Esos tocamientos se produjeron en al menos otras dos ocasiones. En una de
ellas, el acusado acudió a su domicilio siendo conocedor de que la menor se
encontraba sola con su hermana pequeña. Finalmente, la menor volvió a contar lo
sucedido a sus padres y éstos presentaron la denuncia.
El acusado negó los abusos en el momento del juicio y solo admitió haber dado
un masaje a la niña en dos ocasiones, aunque "sin ánimo libidinoso".
Así, atribuyó la interposición de la denuncia contra él a "intereses
económicos de la familia de la menor" o "por envidia de la menor
hacia los afectos familiares del acusado".
Sin embargo, el tribunal rechaza esos argumentos y confiere credibilidad al relato
de la víctima, en la medida en que una empleada de hogar declaró que había
visto cómo el acusado masajeaba a la menor por la espalda, con la camiseta
subida, en dos ocasiones.
Además, el tribunal incide en la "persistencia en la incriminación"
del acusado y la "invariabilidad del relato de los hechos
enjuiciados" por parte de la niña.
De igual modo, subraya que hasta cuatro peritos habían confirmado que la menor
sufrió "un trastorno postraumático" tras los hechos investigados
frente al contrainforme aportado por la defensa, sin que su autor se hubiese
entrevistado con la menor.
Por ello, la sentencia impone al acusado una pena de cuatro años de prisión
como autor de un delito continuado de abuso sexual a una menor de 16 años,
además de la prohibición de aproximarse a ella a una distancia inferior de 300
metros.
Además, acuerda el pago de una indemnización de 19.406 euros a la menor por los
perjuicios causados.
La sentencia no es definitiva, puesto que cabe recurso de apelación ante el
Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) en el plazo de 10 días.
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