Paella. Archivo / EPDA La Comisión Técnica para el Estudio e Inventario del Patrimonio Inmaterial de la Generalitat ha decidido aprobar los trámites para declarar como Bien de Interés Cultural (BIC) "La paella valenciana. El arte de unir y compartir".
La solicitud había sido presentada por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de València junto al apoyo de las tres diputaciones provinciales, ayuntamientos, universidades valencianas, entidades culturales, restaurantes y cocineros.
Entre los motivos defendidos por los solicitantes figuran que la paella es "un plato tradicional y contemporáneo", constituye "un fenómeno integrador" y posee un "carácter representativo de la sociedad valenciana".
Los organismos que apoyan esta petición avalan que la paella es un “símbolo identitario del territorio valenciano que ha perdurado a lo largo de los años, transmitiéndose de generación en generación” y que ha mantenido las costumbres y prácticas de la preparación del plato.
Por otro lado, lo catalogan como un “elemento vertebrador clave de la gastronomía valenciana”, debido a las diversas posibilidades de su elaboración, además de calificarlo “icono cultural en el territorio español”, hecho que convierten el plato en un bien único no solo del patrimonio cultural valenciano y a escala internacional.
Además, “la preparación y elaboración de este plato se han convertido en un fenómeno social” a causa de las diferentes actividades que se realizan alrededor de la receta, entre los que han destacado “una comida familiar o un concurso de arroces”, hecho que configura para los defensores de la paella un “espacio idóneo donde poner en valor la hospitalidad, la buena vecindad, el diálogo intercultural y el respeto que caracteriza a nuestra tierra”.
Por todo esto, la comisión técnica encargada ha definido que las características mencionadas convierten a la paella en “un bien inmaterial muy preciado, con una tradición histórico-cultural de gran importancia en todos los ámbitos, ya sea local, regional, nacional o internacional”.
Los métodos de cultivo y obtención de los ingredientes para su elaboración, los instrumentos que se usan para cocinar y la tradición “hacen de la paella un bien exclusivo, merecedor de una distinción” que permitirá mantener y preservar “la diversidad cultural frente al creciente fenómeno globalizador”, según el dictamen hecho público este miércoles por la Generalitat.
La Comisión Técnica ha aprobado también la declaración de otros bienes de relevancia local (BRL), como el “Tribunal del Comuner d'Aldaia”, por sus conocimientos tradicionales sobre prácticas productivas, procesos y técnicas propias del regadío tradicional de la huerta valenciana.
También el “Cant de la Carxofa de Alaquàs”, composición musical religiosa en la que un niño o niña, vestido de ángel, canta el día 8 de septiembre a la Virgen María del Olivar, y el día 9, al Cristo de la Buena Muerte; y la “Tarde de Jotas” en Gátova, que se celebra cada 24 de septiembre, dentro de las fiestas en honor a la patrona, la Virgen de la Merced.
Otros de los nuevos BRL son la “Hoguera de la Virgen de Loreto”, que se celebra el 9 de diciembre, y el “Ritual de Judas”, que se realiza el Sábado de Gloria y simboliza el fin de dicho apóstol, y el “Canto de los Mayos”, que supone la celebración de la primavera, tres festividades que pertenecen al municipio valenciano de Venta del Moro.
Además, les “Danses de les Carasses”, que se festejan después de las fiestas patronales y les “Falles de la Nit de Reis”, fiesta del 5 de enero, donde los niños del municipio de Petrer “llaman la atención de los Reyes Magos con las fallas”.
Por otro lado, los “Fatxos d'Onil de Nochebuena”, una ofrenda de procedencia prerromana y “L'Albà” de L'Alcora, por su métrica especial popular al cantarse desde el siglo XVII después de la misa del gallo son los últimos BRL declarados. EFE
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