Una imagen de la obra de Rodolf Sirera. La obra transcurre en ParÃs, a finales del siglo XVIII, Gabriel de Beaumont, un famoso actor, es invitado, por el 'Marqués', un aristócrata famoso por sus aficiones extravagantes, a visitarlo a su palacio. Allà recibirá el encargo de interpretar una obra teatral sobre la muerte de Sócrates escrita por el propio marqués. Pronto comprobará que todo es una trampa de éste para someterlo a un cruel experimento sobre realidad y representación en relación al tema de la muerte.
Mario Gas se embarca en este texto de encierro entre dos actores y un conflicto volviendo asà a la esencia del teatro más purista con este thriller de dominación entre un aristócrata obsesivo y un prestigioso actor que es una reflexión abierta sobre la manera de interpretar. La versión de Gas, que el propio Rodolf Sirera ha calificado de brillante, intenta dejar cabos sueltos para que el público saque sus propias conclusiones.
El veneno del teatro no habla solo de la pasión por el mundo teatral, sino de la vida misma, y de la influencia que el arte ejerce sobre ella. El texto de Rodolf Sirera demuestra su actualidad al recuperar un debate, que sigue vivo dos siglos después, entre los teóricos de la interpretación. Por una parte, los que defienden la importancia de que el actor se identifique con el personaje hasta el punto de mezclar sus sentimientos personales con los del personaje que interpreta y por otro, los que defienden la necesidad de separar el estado emocional del artista del de los personajes.
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