A
día de hoy, el uso de los conversores de señal digital a analógico está a la
orden del día y pueden ser encontrados en, prácticamente, cualquier dispositivo
con un reproductor de sonido. No obstante, pese a los avances que han
experimentado este tipo de dispositivos, todavía sigue abierto el debate de si es mejor utilizar un DAC externo dedicado
o hacer uso de las funciones de los programas de software para controlar el
volumen, que permiten personalizar la emisión de la señal y ofrecen
funcionalidades inexistentes en algunos modelos de dispositivos de conversión
de señal.
Los DAC están presentes en la actualidad
en multitud de dispositivos de nuestro entorno, desde teléfonos móviles hasta
reproductores de sonido profesional. Y es que en pleno siglo XXI, las pistas de
audio se digitalizan en el momento de su captura desde una fuente analógica, y es preciso volver a convertirlas a
analógico para poder disfrutarlas y que podamos percibirlas como señales de
sonido coherentes. En este proceso de conversión juegan un papel primordial los
denominados DAC externos, siglas de Digital to Analog Converter, que optimizan la señal y elevan sensiblemente
la calidad del sonido. Por ello, son los accesorios más demandados cuando
la calidad y, sobre todo, la intensidad del sonido de los auriculares dista
mucho de ser óptima.
El
papel de un DAC y cómo influyen en la calidad de sonido
Los
DAC toman las señales digitales almacenadas en soportes multimedia, como
reproductores MP3, WAV o los antiguos discman. La calidad del sonido tiene una incidencia directa con el tipo de DAC
incorporado, el cual varía en función de a qué público vaya dirigido o qué
papel juegue el sonido en el dispositivo en cuestión. Por ejemplo, el DAC
incluido en los altavoces de un estudio de sonido profesional serán mucho más
avanzados que los incluidos en smartphones.
Un
DAC externo dedicado proporciona un mayor control a todos los niveles, pudiendo
acceder a distintos parámetros del sonido para personalizar la conversión de la
señal. No obstante, hay que establecer
una relación beneficios/coste para determinar hasta qué punto es rentable
invertir en este tipo de dispositivos y si van a cumplir con el objetivo
marcado.
Por
norma general, un DAC dedicado es únicamente recomendable para auténticos
entusiastas que busquen la perfección en la reproducción del sonido. Además, estos solo deberían utilizarse en caso de
disponer de reproductores y auriculares de gama profesional que sean
capaces de reproducir todos los matices de las pistas en cuestión; de lo contrario,
su adquisición sería inexplicable al no poder disfrutar de todas las
tonalidades del sonido que es capaz de proporcionar un DAC.
Además, los DAC son también recomendables
para dotar de mayor capacidad de conectividad a los equipos multimedia que
utilicemos para reproducir las pistas de sonido, ya que es habitual que
normalmente solo cuenten con conectores de sonido universales y precisemos de
conectividad XLR, RCA o puertos Jack de tamaño completo. Y no conviene olvidar
los amplificadores para auriculares, que vienen incluidos en estos dispositivos
y que son una buena razón que justifican
la adquisición de un DAC de este tipo para magnificar la señal y enriquecer
a las pistas de música con una gran cantidad de matices. Algunas de las mejores
propuestas en cuanto a DACs las puedes encontrar en el catálogo especializado de Zococity, portal web dedicado a la venta de productos de
electrónica de consumo y que cuenta con versiones y modelos para todos los
gustos de marcas como FiiO, Cyrus o Sennheiser. El equipo joven de Zococity
sabrá detectar tus necesidades y
ofrecerte las mejores opciones de su catálogo, asesorándote en todo momento
y teniendo en cuenta tu presupuesto para que puedas disfrutar de un sonido de
calidad superior en tus dispositivos.
El
control por software y las posibilidades que ofrece
La
alternativa al empleo de un DAC externo es el uso del software de control de
volumen, que permite hacer uso de
distintas funcionalidades para magnificar la señal durante su reproducción.
Es habitual que cuenten con funciones inteligentes, como el ajuste automático
de graves, la dispersión inteligente de señales para crear efectos envolventes
o que permitan el acceso a funcionalidades de ecualización automática. No
obstante, no funciona igual que un DAC, ya que este transmite la señal a un
amplificador para aumentar la intensidad de la señal de salida, mientras que el
software de control de volumen incide
directamente sobre la señal sin transmitirla a un amplificador, aumentando
su intensidad de manera directa durante la reproducción.
En
la práctica, esto se traduce en que uno utiliza la transmisión de la señal a un
amplificador para potenciar el volumen (el DAC), mientras que otro hace uso de
distintos programas de alteración y edición de parámetros para modificar la
intensidad de su señal. No existe un método mejor que el otro a la hora de
disfrutar de un sonido amplificado: cada
opción cuenta con sus propios recursos para ofrecer un sonido de mayor
intensidad y calidad, aumentando las probabilidades de poder disfrutar de
música a todo volumen con una fuerte distinción entre todos sus componentes y
disfrutar de diálogos y efectos especiales sonoros contundentes y ricos en detalles.
Sobre
qué opción elegir o por cuál decantarse dependerá de diferentes factores, como
las preferencias del usuario a la hora de manejar una aplicación de software
con distintas funciones, o si bien prefiere utilizar un pequeño dispositivo que
se encargue de convertir el sonido según los parámetros seleccionados, sin más
preocupaciones que las de seleccionar el nivel de amplificación y disfrutar del
sonido.
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