Ninots de la Falla Palau del Duc de Valencia en homenaje a los voluntarios de la DANA en el Pont de la Solidaritat. EPDA
La historia de la Comunitat Valenciana está marcada por decisiones políticas y económicas que han condicionado su presente y futuro. Muchas de ellas han sido tomadas sin oposición suficiente de la sociedad civil, a menudo resignada o desmovilizada. ¿Qué habría pasado si, en momentos clave, los valencianos hubiésemos dicho “basta”? Por encima de partidos políticos con sus intereses particulares y en demasiadas ocasiones contrarios a la tierra por la que fueron elegidos.
Si los valencianos hubiésemos dicho basta en su momento... cuando el Plan Hidrológico Nacional
Si los valencianos hubiésemos dicho basta cuando se planteó el Plan Hidrológico Nacional, quizás hoy tendríamos garantizado un reparto más justo del agua. Durante años, la Comunitat Valenciana ha sufrido sequías cíclicas, restricciones hídricas y una dependencia excesiva de pozos y desaladoras. Se propusieron trasvases que habrían asegurado un suministro estable para la agricultura y el consumo humano, pero la falta de una defensa firme ante el Gobierno central dejó a la región sin una solución estructural. Mientras otras comunidades lograban acuerdos beneficiosos, aquí se aceptaron migajas y promesas vacías. El PHN incluían obras hidráulicas que habrían sido vitales para amortiguar el terrible impacto de la DANA del 29 de octubre de 2024.
Si los valencianos hubiésemos dicho basta en su momento... cuando se presentaron informes técnicos sobre barrancos y ríos
Si los valencianos hubiésemos dicho basta cuando los expertos alertaron sobre la falta de planificación en barrancos y ríos, habríamos evitado catástrofes. Inundaciones devastadoras, como la de 1982 en Tous o las recientes riadas en la Vega Baja, no fueron accidentes inevitables, sino consecuencias de la desidia política. Pero especialmente la DANA del 29 de octubre de 2024. Durante décadas, se ignoraron informes técnicos que advertían de la necesidad de infraestructuras adecuadas para encauzar el agua. Habríamos podido salvar 224 vidas y evitar el hundimiento económico y social de buena parte de la provincia de Valencia si se hubieran tomado medidas a tiempo. Pero ni unos, ni otros lo hicieron. Tampoco quienes debían hacer valer sus votos valencianos en defensa de nuestra seguridad, calidad de vida y futuro.
Si los valencianos hubiésemos dicho basta en su momento... cuando cerraron Canal 9
Si los valencianos hubiésemos dicho basta cuando cerraron Canal 9, hoy tendríamos un medio de comunicación público fuerte, con identidad propia y al servicio de la sociedad. El cierre de la televisión autonómica no fue solo una cuestión económica, sino un golpe a la cultura y la lengua valencianas. La falta de reacción permitió que durante años estuviésemos sin un canal que informara sobre nuestra realidad con una perspectiva local. Ahora, À Punt intenta recuperar el terreno perdido, pero su influencia es limitada comparada con lo que Canal 9 llegó a ser. Nació muerta por culpa de quienes la impulsaron y ahora los otros ejecutarán su venganza. Pierde, de nuevo, la sociedad valenciana.
Si los valencianos hubiésemos dicho basta en su momento... cuando sufrimos la infrafinanciación
Si los valencianos hubiésemos dicho basta cuando se consolidó el actual sistema de financiación autonómica, no seríamos la comunidad peor tratada de España. Año tras año, la Generalitat recibe menos recursos por habitante que otras regiones, lo que se traduce en una sanidad con listas de espera insoportables, una educación con infraestructuras precarias y unos servicios públicos insuficientes. Menos dinero, menos inversiones. Cada vez más pobres. Sin embargo, el problema ha sido denunciado más en despachos que en las calles, y la falta de presión ha permitido que esta injusticia siga sin resolverse.
Si los valencianos hubiésemos dicho basta en su momento... cuando pactamos con el Gobierno de España a cambio de nada
Si los valencianos hubiésemos dicho basta cuando nuestros representantes pactaban con el Gobierno central sin exigir contrapartidas, ahora tendríamos más peso político y mejores infraestructuras. Mientras otras comunidades han sabido negociar inversiones, aquí se ha practicado una sumisión que nos ha dejado sin las infraestructuras que necesitamos. Autovías sin desdoblar, un Corredor Mediterráneo eternamente retrasado, un transporte público infrafinanciado… La docilidad no ha traído beneficios, sino un continuo abandono. Peor calidad de vida... en el 'Levante' feliz.
Si los valencianos hubiésemos dicho basta en su momento... cuando se malvendió el Valencia CF
Si los valencianos hubiésemos dicho basta cuando se malvendió el Valencia CF, hoy el club no estaría en manos de un propietario que lo ha llevado al borde de la ruina deportiva e institucional. La operación de venta a Peter Lim se presentó como la única salida, pero fue un desastre anunciado. La falta de una respuesta firme permitió que uno de los grandes emblemas de la ciudad quedara atrapado en un proyecto sin transparencia ni compromiso con la afición. Ahora, el club es una sombra de lo que fue, y el Nuevo Mestalla sigue siendo una herida abierta en el corazón de Valencia. La culpa, de nuevo, de los valencianos. Mucho orgullo, mucha fanfarronería, pero de forment ni un gra.
Si los valencianos hubiésemos dicho basta en su momento... cuando perdimos la banca valenciana
Si los valencianos hubiésemos dicho basta cuando perdimos la banca propia, hoy tendríamos entidades financieras con sede en la Comunitat Valenciana, comprometidas con el tejido económico local. La desaparición de Bancaja, la CAM y el Banco de Valencia dejó a nuestro pueblo sin capacidad de decisión sobre el crédito y la inversión. La absorción de estas entidades por parte de bancos con sede en Madrid o Barcelona ha significado la pérdida de influencia y ha debilitado el respaldo financiero a empresas valencianas. Con el intento de golpe de Estado independentista en Cataluña, el Banco de Sabadell y Caixabank trasladaron sus sedes a Alicante y Valencia... Un espejismo de valencianizar bancos con ADN catalán. El Sabadell, de hecho, ya ha vuelto a su casa. Y en breve hará lo propio Caixabank.
¿Y ahora qué?
La historia no se puede cambiar, pero el futuro sí. La pregunta es si los valencianos seguirán permitiendo que se tomen decisiones a sus espaldas o si, por fin, dirán “basta”. Queda por ver si la sociedad civil aprenderá de sus errores y asumirá el papel que le corresponde en la defensa de sus intereses.
Porque a toro pasado podremos manifestarnos contra Mazón, también contra Pedro Sánchez. Pero en el caso de la desgracia provocada por la DANA, riada o barrancà, llegamos tarde.
Una peluquería de Sedaví tras la DANA.
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