Paco Novella.
El
patrimonio histórico de Sagunto- tan múltiple y diverso- es
aquello que define a nuestra ciudad como tal: modela su
carácter, determina su esencia, modula su futuro, resuelve su
existencia misma. El patrimonio y con él todo aquello que le es
propio es el modo en que una sociedad se articula a partir de un
punto común, de unas raíces fuertes que son las que la alimentan y
la convierten en distinta, singular, verdaderamente “propia”.
Sagunto ,como ciudad histórica, posee “ambición” tan
privilegiada, esa proyección necesaria que a partir de su
existencia como tal marca la identidad de un pueblo realmente rico en
historia y en vestigios de su pasado.
Su
pasado es ese futuro imprescindible que necesita para
reconocerse y proyectarse como potencia y como valor, como
realidad última a partir de la cual puede abrir un proyecto
compartido donde el mantenimiento de su pasado y de sus
reliquias tan venerables inicien un camino desde su reconocimiento y
desde su conocimiento.. Su precisa observancia requiere ese
profundo reconocimiento y revalorización de nuestro pasado
como un valor que nos es propio y que otros no poseen de igual modo.
Nuestro
pasado, como nuestro futuro, es ese punto que se reconoce a sí
mismo como potencialidad, como “ riqueza natural”, como legado
extraordinario que es necesario mantener pero primero conocer y
además conocer profundamente. Sagunto, con todo su patrimonio,
mantiene esa “comodidad” que se sabe tener pero no se sabe donde
colocar.
El
conocimiento y estima por nuestra realidad histórica como ciudad
requiere de un esfuerzo común donde todos seamos ese nexo
necesario que aúna voluntades y que no distingue ni separa ni
divide a nadie en función de ninguna circunstancia personal ni
preferencia política. Sagunto- y con ella naturalmente el
Puerto de Sagunto naturalmente como no podía ser de otro modo-
adquiere su verdadero carácter desde cada acción dirigida por una
voluntad firme y precisa
El
patrimonio histórico de Sagunto existe en la misma medida en
que existen los saguntinos: nadie valora más aquello que no
conoce o no sabe que existe porque no lo vive como algo propio y
particular. Sagunto necesita de esa propia autoestima que no se
muestra indiferente ante lo propio y se maravilla ante lo ajeno , sin
observar la necesaria observancia de un conocimiento pleno de
cada uno de nosotros.
No
vivimos lo que somos sin saber donde lo hacemos
Nada
queda que no haya existido antes ni nada es que esté determinado
a no existir. La raíz misma de nuestro patrimonio histórico es su
valoración como bien propio, como valor personal, como orgullo pues
en ocasiones parece lo contrario: algo molesto cuya importancia
tiene los mismos sentimientos que una piedra y el mismo encanto
que un tanatorio.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia