Raúl Castillo. EPDA El
otro día recordaba la moraleja utilizada habitualmente en relaciones
sentimentales tóxicas, en las que ambos han dejado de sentir nada
positivo por el otro y sin embargo, no tienen la valentía de
liquidar la pesadilla hasta que aparece una tercera persona que les
vuelve a dar ese soporte de seguridad y apoyo. La moraleja hablaba
sobre el mono que para no caer al vacío, no suelta una rama hasta
que tiene agarrada la siguiente.
Imagino que ya sabréis quién es el mono en esta historia. El
equipo de gobierno anuncia su rectificación sobre la aprobación
inicial de los presupuestos en junta de gobierno local, en contra de
la legalidad y del acuerdo de la mayoría del pleno de la
corporación, y hasta ahí parecería que las peticiones realizadas
en varias ocasiones por Ciudadanos han surtido efecto, pero nada más
lejos de la realidad.
Lo cierto es que anuncian públicamente su error y su intención
de revocar una decisión, a todas luces ilegal, pero subrayan y dejan
bien claro que antes de hacer lo correcto, somos los demás los que
debemos garantizarles que no vamos a “bloquear” el Presupuesto
Municipal.
Parece un chiste o una broma de mal gusto, pero no lo es. Resulta
que ahora, con el fango hasta las rodillas y subiendo sin parar hacia
la zona crítica del cuello, el equipo de gobierno pretende
imponernos condiciones inamovibles sobre lo que debemos de hacer para
que ellos hagan lo que la Ley les obliga a hacer, que es anular una
decisión viciada desde su origen por incumplir todos los preceptos
sobre el procedimiento regulados en la Ley de Haciendas Locales. Se
permiten el privilegio de marcar la hoja de ruta de cómo tienen que
sucederse los acontecimientos de aquí al pleno y no sé si es por
inconsciencia o por puro cinismo, pero queda claro que no piensan
soltar la rama podrida a la que están agarrados hasta que la
“benevolencia” de la oposición les “salve los muebles”.
Compañeros del equipo de gobierno, no nos pidan que nos
remanguemos el pantalón para meternos en el barro con ustedes y les
ayudemos a salir, hagan ustedes lo correcto por una vez y salgan del
fango en el que se han metido ustedes solos, que al menos Ciudadanos
les espera, por el bien de nuestra ciudad, con las manos y pies
limpios para tratar de enmendar la situación en la que
voluntariamente se encuentran.
No cuenten con nosotros para ensuciarnos las manos, pero cuenten
con nosotros para remangarnos y trabajar por nuestra ciudad y
nuestros vecinos.
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