Una mujer mayor aguarda a su cuidador en una residencia. EFE/Archivo La Comunitat Valenciana tiene un déficit de plazas residenciales para
mayores de 65 años de 20.844 para alcanzar la ratio de cinco con cada
cien mayores, el segundo mayor después de Andalucía, y el precio de una
plaza pública se sitúa en menos de 7.000 euros anuales en esta región.
Con
27.327 plazas residenciales en la Comunitat en 2018 (27.672 en 2019),
casi la mitad son de financiación pública, el 48 % (13.027) y el 52 %
son privadas (14.300), según un informe de la Asociación Estatal de
Directores y Gerentes en Servicios Sociales.
En España faltan más
de 70.000 plazas residenciales para los nueve millones de personas
mayores de 65 años que residen en el país, consecuencia de que solo
cinco comunidades autónomas cumplen con la ratio de tener cinco plazas
de estas características por cada cien personas mayores.
Además,
el precio de una plaza en una residencia pública oscila entre los menos
de 7.000 euros anuales en comunidades como la valenciana, La Rioja,
Andalucía, Madrid o Cataluña hasta los 11.000 euros que cuesta en el
País Vasco.
Lo ha denunciado este viernes la Asociación Estatal
de Directores y Gerentes en Servicios Sociales que, con los últimos
datos aportados por el Imserso, ha analizado la situación por
comunidades autónomas.
El número de plazas residenciales para
personas mayores en España, lamentan, "no se ha incrementado al ritmo
que exige el crecimiento de la población mayor de 65 años", que ha
pasado de 8 millones de personas en 2010 a 9 millones en 2019.
Y
es que en ese periodo las plazas residenciales solo se han incrementado
en 12.353, según el informe recientemente publicado por el Imserso.
En
consecuencia, la ratio de plazas residenciales por cada cien personas
mayores se ha reducido de 4,56 a 4,21, lo que la aleja del objetivo del 5
por ciento aconsejado por los organismos internacionales.
Denuncian
los gerentes de servicios sociales que, además, las plazas públicas,
"que son las que garantizan el acceso a este servicio de todas las
personas que lo necesiten", sólo constituyen 2,5 por cada cien mayores
de 65 años, es decir, la mitad de lo aconsejable.
Y recuerdan
que unas 100.000 personas con el grado II y III de dependencia
reconocido, están a la espera de recibir alguna de las atenciones a las
que tienen derecho.
La situación, explican los gerentes, muestra
diferencias muy significativas entre comunidades autónomas y solo cinco
de ellas: Castilla-La Mancha, Extremadura, Asturias, Aragón y Castilla y
León, alcanzan la ratio de 5 plazas por cada 100 personas mayores de 65
años, está última alcanza también esta ratio con las plazas públicas.
Los
mayores déficit de plazas para mayores de 65 años los registran
Andalucía (27.981), Comunitat Valenciana (20.844), Galicia (14.858),
Murcia (8.364), Cataluña (8.038), Madrid (7.479), Canarias (7.364) y
País Vasco (6.063).
Las diferencias también alcanzan a la
proporción entre plazas de financiación pública y privada, destacando
comunidades como Aragón, Madrid o Asturias, donde hay más plazas
privadas que públicas.
Lo mismo ocurre con el precio de las de
financiación pública, tanto en centros propios como en los concertados,
donde la diferencia oscila entre los menos de 7.000 euros anuales en
comunidades como la valenciana, La Rioja, Andalucía, Madrid o Cataluña,
hasta los más de 8.000 euros en Aragón, Murcia, Navarra o País Vasco. En
estas dos últimas los precios superan los 10.000 y 11.000 euros,
respectivamente.
Los gerentes sociales aprovechan este estudio
para recordar que la pensión media en España no alcanza los 1.000 euros
mensuales (1.140 euros la de jubilación y 713 la de viudedad).
Y
puntualizan que la carencia de las plazas residenciales se centra en
las grandes urbes, mientras que el problema de las de las zonas rurales
es que no están adaptadas a las necesidades de los mayores.
Por
último, insisten en la necesidad de aumentar la ratio de las plantillas
con las que cuentan los centros residenciales de mayores.
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