Ya se derogó. No empezó bien, a destiempo y forzando el calendario. Y ha acabado peor, siendo la primera víctima legislativa del tripartito que nos conduce. Nos referimos a la Ley de Señas de Identidad. Sus orígenes no estuvieron bien planteados, tirando de argumentario y condicionamientos electoralistas, y su muerte estaba ya anunciada desde el mismo día de su alumbramiento, por esta nueva política sectaria y jacobina en lo ideológico, que se unge de mesianismo repartiendo patentes de corso de lo políticamente correcto o no.
Escapando del debate que se abrió en su momento con la aparición de esta iniciativa legislativa, bien regado por la prensa de siempre que disfruta y vende del conflicto, la cual sólo pretendía administrativamente regular la concesión de subvenciones con dinero público a aquellas entidades o actividades que no atentaran con la personalidad valenciana, sus señas de identidad y su Estatut d'Autonomía. En principio parecía lógico, cómo dotar de dinero público a asociaciones contrarias al Pueblo Valenciano o que atentaban contra nuestra cultura propia. Pues parece que no, como siempre lo emponzoñaron y acabó como el rosario de la aurora.
Que no está bien que el PP se acuerde de lo valenciano sólo en fechas electorales, envolviéndose con la Senyera para justificar una defensa de nuestros intereses como territorio que a veces deja mucho que desear, por supuesto. Y que la izquierda irredenta de nuestra casa siempre atente contra la aceptación normalizada de nuestros símbolos, consensuados por todos en su momento y elevados a categoría máxima por nuestra carta magna estatutaria, pues es penoso y peligroso. Ya que parece que nunca cerramos nuestra herida identitaria... con lo fácil que es: som valencians, parlem valencià i la nostra bandera és la senyera.
Para más inri, en la derogación de esta semana el numerito lo ha protagonizado Ciudadanos, rompiéndose en dos su grupo parlamentario y sin discurso propio en estos temas fundamentales sobre la idiosincrasia valenciana. Ya su extinta síndica Carolina Punset lo paseó en campaña, sobre la defensa de los intereses valencianos no sabe y no contesta. Ni está ni se le espera. Tanto papanatismo de ciudadana del mundo cansa, y mucho. Parece ser que nada de esto va con ellos, como no tienen la directriz llegada por burofax desde Barcelona... son cosas aldeanas.
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