El destino es encontrar el camino perfecto sin que tú lo
estés buscando. Sé que muchas de las personas que me rodean, no me entienden,
creen que estoy loca o consideran que la vida de un “simple” perro no merece
tanto esfuerzo. No me importa porque soy muy afortunada.
Mi destino empezó cuando durante unos meses hubo una perrita
abandonada bajo mi casa. Quizá hasta ese momento había sido una amante de los
animales egoísta, porque siempre miré hacia otro lado. Esta vez me resultó
imposible y gracias a ella decidí ponerme en contacto con Sos Animales Sagunto.
Miedos, dudas. “¿Qué me encontraré allí?” “¿En qué estado me encontraré a esos
seres indefensos?” “¿Cómo serán esos héroes que deciden dedicar su tiempo, su
dinero y parte de su vida?
Alguna vez he leído que no todos los ángeles tienen alas,
sino que algunos tienen cuatro patas, nariz de pelotita y un cuerpo peludo.
Bendito 14 de agosto. Ese día empezó lo que yo llamo mi terapia semanal.
Desde el minuto cero, fui recibida por esos ángeles a base
de besos, abrazos y ojos tan sinceros que traspasan el alma en busca de una
caricia sin importar que un día, un ser humano como yo, decidió dejarlo a su
suerte. Eso me enganchó.
Nunca, en mis veintiocho años que tengo, he conocido lugar
con más amor y cariño como el que recibo cada semana en el refugio. Para mí,
como decía más arriba, son mi terapia. ¿Terapia? ¿Y por qué? A veces no es
necesario sufrir una enfermedad o tener un problema serio para necesitar coger
aire y seguir hacia delante. ¿Cuántas veces hemos tenido una discusión con
alguien a quien queremos?
¿Cuántas veces nos ha surgido un pequeño problema que al
principio nos ha parecido un mundo? O sencillamente… ¿Alguien a quien aprecias
no está bien o lo echas de menos? A veces solo necesitas sentarte, dejar pasar
las horas en silencio…
Y con ellos las palabras sobran. Saben sentarse a tu lado en
el momento oportuno, dar ese lametón que dice “estoy aquí, nada va a pasar, no
te preocupes” que es una sensación que no cambiaría por nada del mundo. Lo que
a veces a los humanos por cuestiones del ritmo de vida se nos pasa por alto,
como un simple
¿Cómo estás? Nunca te falta de ninguno de ellos. Son
alrededor de 140 los peludos que hay en Sos Animales Sagunto, cada uno especial
por sus peculiaridades. Es imposible describir con palabras el vínculo tan
fuerte y especial que se puede crear con ellos, esa necesidad de verlos, saber que
están bien, de quererles y hacérselo ver, de darles la mitad de lo que ellos me
aportan a mí, porque sé que nunca podré agradecerles lo suficiente.
Adoro verlos jugar, río cuando los veo disfrutar, me
preocupo si alguno veo triste, muero de dolor cuando uno de ellos cruza el arcoiris…
porque para mí, son de mi familia.
No quiero acabar sin nombrar a esos héroes: Carmen, nuestra
presidenta, alguien de admirar y de quien aprender. Sé que tiene un corazón
enorme, porque no es fácil todo lo que hace y lucha, pero solo alguien como
ella es capaz de salvar la vida de tantos animales y darles una segunda
oportunidad que merecen ¿Los voluntarios héroes? Gente maravillosa, a la que puedo
llamar amigos y contar con ellos cada vez que lo necesite. ¡Gracias destino! En
conclusión y sin extenderme más, hay algo que desde que soy voluntaria en Sos Animales
Sagunto, esos pequeños peludos me recuerdan cada semana y doy gracias por ello:
No todas las personas saben cómo amar a un perro, pero todos los perros saben
cómo amar a una persona.