Imagen de la operación cedida por la Guardia Civil. EFE La Guardia Civil ha detenido en la comarca alicantina de la Vega Baja a
los doce presuntos miembros de una banda dedicada al tráfico de drogas
para su distribución dentro del territorio nacional, tras localizar
cinco plantaciones de marihuana en viviendas que previamente ocupaban.
Los
cabecillas del grupo gozaban de un alto nivel de vida, llegando a
gastar en una sola noche más de 2.000 euros en botellas de una conocida
marca de champán, y la organización habría obtenido 60.000 euros de
beneficio tan solo de la venta ilegal de la marihuana intervenida, según
un comunicado de la Benemérita.
La denuncia de un ciudadano a
finales de enero de este año por la ocupación de una vivienda en San
Miguel de Salinas puso en alerta al equipo de la Policía Judicial del
instituto armado de Pilar de la Horadada, que, tras realizar el informe
técnico pericial de la casa, ya desalojada en ese momento, sospechó que
había estado destinada al cultivo de marihuana.
La organización
elegía viviendas de gran tamaño, con varias plantas, con suficiente
espacio exterior y con piscina. Expedía un contrato de alquiler falso,
con identidades extranjeras, que utilizaba para poder dar de alta
algunos suministros. Una vez que se instalaba en ellas, las reformaba
para su propia comodidad.
En el entramado de la banda, dos de los
autores eran los encargados de realizar las instalaciones de
abastecimiento de luz y agua, y de acondicionar las estancias para
llevar a cabo el cultivo interior de marihuana o ‘cultivo indoor’,
asesorados por uno de los miembros, que poseía estudios de agronomía.
Los
cabecillas eran dos varones de 23 y 28 años y se encargaban de
planificar la logística. Dirigían el abastecimiento de material y
montaje y supervisaban el estado de las plantaciones. El resto llevaba a
cabo labores de jardinería y custodia de las plantaciones y los de
mayor confianza hacían el transporte de la marihuana recolectada. La
droga cultivada era envasada y distribuida dentro del territorio
nacional.
El grupo dormía con un permanente estado de vigía,
tenía contratados servicios de alarma y video vigilancia, guardaba en la
mesita de noche todo tipo de armas para que no se les pudiera pillar
por sorpresa y disponía de salas acondicionadas como gimnasio para
mantenerse en plena forma. En cada vivienda había perros de raza
potencialmente peligrosa.
Otra de las características de la banda
era el gusto por lo exquisito: en las neveras, encimeras, botelleros y
armarios tenían cientos de botellas de champán de una prestigiosa marca.
Además, los armarios estaban repletos de ropa de marca y artículos de
joyería, y la decoración de las viviendas era muy ostentosa, con fotos
de reuniones en restaurante y hoteles de lujo.
Se han realizado
ocho registros en las localidades de San Miguel de Salinas, Rojales y
Orihuela Costa, en los que se han localizado cinco plantaciones de
marihuana con unas 600 plantas cada una. En tres de las viviendas donde
han sido halladas las plantaciones residían, también, bebés de entre dos
y 22 meses.
En total se han incautado 2.953 plantas de marihuana
maduras y 1.628 gramos de cogollos ya envasados para su distribución,
así como varias dosis de cocaína, MDMA y aceite de hachís para el
consumo propio de la banda. El valor en el mercado negro de la marihuana
intervenida habría alcanzado los 60.000 euros.
Han sido además
intervenidos 45.000 euros, 4.000 libras, cinco turismos de alta gama,
dos furgonetas que empleaban para el trasporte de materiales para el
montaje de las plantaciones y la marihuana recolectada, dos motos de
agua, un barco, varios teléfonos móviles, un micro teléfono, una pistola
detonadora, dos pistolas eléctricas tipo ‘táser’, una catana, un
machete y numerosos relojes de alta joyería.
El valor de todos los efectos incautados supera el medio millón de euros.
Los
doce arrestados, ocho hombres y cuatro mujeres, de origen español,
cubano y colombiano, tienen entre 21 y 51 años y guardan entre ellos
“estrechos lazos familiares y de amistad”, según la Guardia Civil.
A
todos ellos se les imputan varios delitos de tráfico de drogas,
tenencia ilícita de armas, usurpación de vivienda, falsedad documental,
defraudación de fluido eléctrico, daños y pertenencia a organización
criminal.
Tras su puesta a disposición judicial, siete de ellos
han ingresado en prisión sin fianza. Los otros cinco han quedado en
libertad con medidas cautelares.
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