Detalle de una investigación de la Guardia Civil. EFE/Julián Pérez/Archivo El 07 de marzo de 2019 se descubrió en el interior de un inmueble
abandonado situado en la playa de El Puig de Santa Maria el cadáver
de un varón de nacionalidad extranjera y alrededor de 52 años de edad. Las primeras investigaciones
policiales, practicadas por el equipo de Policía Judicial de la
Guardia Civil de Puçol, permitieron averiguar que su muerte sobrevino de forma
violenta mes y medio antes de hallarse el cadáver, entre la noche del 13 de
enero de 2019 y la madrugada del 14. En un principio, las pesquisas policiales
no permitieron la acumulación de indicios suficientes para dirigir la
investigación contra persona alguna. Ahora se ha arrestado al supuesto homicida, según fuentes del instituto armado.
Fruto de esta indagatoria policial desempeñada durante los meses
posteriores a la localización del cuerpo, llevó a los investigadores a
sospechar que el autor o autores del crimen, pertenecían al entorno más próximo
del fallecido, sobreviniendo su muerte muy probablemente como consecuencia de
alguna discusión acontecida instantes
antes de ocurrir el crimen.
En el mes de agosto de ese mismo año se acordó el traspaso de las
investigaciones al Grupo de Homicidios y
Personas Desaparecidas de esta Comandancia, siendo componentes de esta
Unidad los encargados, a partir de ese instante, de la investigación de los
hechos.
Los agentes continuaron con las indagaciones entorno al crimen, hasta
que en el mes de septiembre de 2019, se recibió el primer informe del
Departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, el
cual, reveló un dato trascendental para avanzar en la investigación, la
localización del perfil genético de un varón desconocido, que aparecieron junto
al cuerpo sin vida de la víctima.
Por ello, los investigadores se centraron en tomar muestras de ADN a
todo el entorno del fallecido para remitirlas al Departamento de Biología del
Servicio de Criminalística, logrando de esa manera identificar al autor de los
hechos.
En ese momento, el presunto autor se situó como principal sospechoso
en la investigación, analizándose de nuevo todas las actuaciones y tomando
nuevas declaraciones que solo hicieron que reforzar y apuntalar la implicación
del sospechoso. Las pruebas testifícales del entorno del fallecido y las
conclusiones de los análisis biológicos permitieron constatar que el sospechoso
estuvo en casa del fallecido poco tiempo antes de cometerse el crimen,
circunstancia que él negó en todo momento, asegurando no haber estado en el
domicilio desde el verano anterior.
A todo esto, se le unió que en el informe de autopsia se concluyó
indicando que la víctima presentaba múltiples lesiones causadas por algún
objeto contudente o de similar naturaleza, que llevó a los investigadores a
señalar al autor por un supuesto delito de homicidio.
A todo ello, se sumó la declaración de una amiga del sospechoso que
reconoció en sede policial y también en sede judicial que el investigado le
confesó la autoría del crimen hasta en dos ocasiones antes de practicarse su
detención.
Por todo ello el pasado 25 de mayo se detuvo a está persona por un
presunto delito de homicidio.
Las diligencias han pasado a disposición del Juzgado
de Primera Instancia e Instrucción nº1 de Massamagrell.
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