La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades y secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, en Gandia. EFE/ Natxo FrancésPREGUNTA: ¿Para usted
el verano es sinónimo de …?
RESPUESTA: De mar y de
familia.
P: ¿Cómo recuerda los
veranos de su infancia?
R: Eran un motivo de
reencuentro. En verano vivíamos con mis abuelos en un apartamento en la playa
de Gandia, que mi abuelo pudo comprar porque le expropiaron unos huertos para
construir la Universidad Politécnica de Valencia en la ciudad de Gandia. Venía
a veranear mi tío, que se fue a Alemania porque aquí no tenía trabajo durante
el franquismo, con mis primos hermanos, que nacieron allí. Y los sábados y los
domingos comíamos con mis abuelos, con mi iaia, con mis tíos, con mis primas.
P: Imagino entonces
que si tiene que elegir entre playa o montaña no tiene duda.
R: Ninguna.
P: Sin la música
indie, en concreto sin La Habitación Roja -el grupo por el que conoció a Pedro
Sánchez-, ¿su carrera política quizás sería otra?
R: Seguramente mi vida
sería otra. No solo la música indie, también la música pop. Mis recuerdos de pequeñita
están relacionados con Freddie Mercury o David Bowie. Durante mi adolescencia y
en la Universidad, con Coldplay. Y ya más tarde, la música indie y La
Habitación Roja, Vetusta Morla … Y Zoo, que con su canción 'Estiu' han marcado
la voluntad de rebeldía de la sociedad frente a lo que no nos gusta.
P: ¿En qué festivales
de música la podríamos encontrar?
R: Muy probablemente
este verano me vais a encontrar en el Mediterránea, que se celebra en Gandia en
agosto. Me habría encantado poder deciros que en el FIB o que en el Low, pero
mi agenda de ministra me impide ir a más.
P: Después de un día
intenso llega a casa y lo primero que hace es …
R: En casa me gusta
mucho el silencio, porque tenemos una vida siempre rodeada de ruido, de gente.
Después lo que hago es ponerme cómoda y normalmente siempre tengo algo que leer
o que prepararme para el día siguiente. Y me gusta entretenerme con alguna serie
o alguna película si puedo.
P: Una serie que le
haya enganchado.
R: Me gustan mucho las
series policíacas y las de ciencia ficción. Últimamente me da por ver series de
viajes en el tiempo. Quizá mi mente de ingeniera me lleva también a
entretenerme en cosas que buscan los retos mentales, últimamente he visto
'Dark'. También series psicológicas, como 'El reno de peluche', una de las que
más me ha impactado últimamente.
P: Una película que le
haya marcado.
R: Muchísimas, creo
que el cine tiene ese arte de atravesarte el corazón. Pero quizás una de las
películas que más me gusta es 'Las horas', la historia de tres mujeres a través
del libro de Virginia Wolf y de las dificultades en distintas etapas que puede
tener una mujer en la vida.
P: ¿Pasar un rato con
sus sobrinos es su mejor antídoto contra el estrés?
R: Desde luego. He
visto las finales de la selección española con ellos y ha sido maravilloso.
Cada gol lo celebrábamos con chucherías. La verdad es que sí, porque con ellos
vuelves a mirar la vida con toda la energía que tiene la infancia.
P: Tiene una cena de
amigos a la que cada uno tiene que llevar algo que haya cocinado, ¿qué lleva
usted?
R: La verdad es que
cocino para mí, pero he dejado de cocinar para los demás. Pero los valencianos,
incluso cuando me encuentro con mis mejores amigas que viven en Madrid, lo que
hacemos es cocinar juntos. Nuestro gran plato son las paellas, los arroces, y
hay una parte cultural y nostálgica en seguir cocinando juntos. Así que me
gusta participar en la elaboración de lo que nos vamos a comer.
P: ¿El deporte forma
parte de su día a día?
R: No. La actividad
física sí. Sé hacer pilates y yoga. Me gusta mucho pasear. Pero ya no practico
el deporte como en tiempos pasados, que jugaba al voleibol o salía a correr con
gente. Ya no puedo hacerlo.
P:¿Se le acumulan los libros
en la mesilla de noche?
R: Se me acumulan,
porque además son un vehículo no solo de transmisión cultural, sino también de
transmisión del conocimiento. Por mi trabajo, mucho del conocimiento que se
desarrolla se plasma luego en publicaciones científicas o en ediciones de
divulgación científica. Y suelen regalarme muchos libros de ciencia y de
tecnología.
P: ¿Un viaje que le
haya marcado?
R: Creo que los viajes
son importantes por las personas con las que viajas. De pequeña viajaba muy
poco, con mis padres, con los amigos de mis padres y sus hijos, y hacíamos
viajes de corta distancia, pero quizás son los que más recuerdo.
Luego me gustó también
seguir viajando con mi familia, incluso cuando ya estábamos en la Universidad.
Hicimos una vez un viaje de paradores, para conocer también el patrimonio. Tal
vez uno de los que más me marcó fue como alcaldesa al Sáhara, a los campamentos
saharauis, y conocer de primera mano cómo 40 años después todavía hay una
población y una sociedad que sigue anhelando vivir como cualquiera de nosotros.
P: ¿Gandia es el lugar
que el ancla al mundo?
R: Sí, desde luego.
Sobre todo porque siguen viviendo mis padres y para mí es muy importante saber
de dónde se viene, cuáles son tus raíces. Tengo una familia humilde, sencilla.
Un padre trabajador, una madre ama de casa, unos abuelos que eran criados. Ver
la evolución de la sociedad en estas tres generaciones, desde mi abuela que no
sabía leer y escribir, mi madre que estudió solamente hasta los 14 años, y mi
hermana y yo que hemos podido ir a la Universidad, incluso yo soy ahora la
ministra de universidades, me ancla a la realidad.
Y luego en Gandia soy
como la nieta de todas las abuelas o como la alumna de todos los profesores, me
dicen que cuando me ven en la tele es como si vieran a su nieta o como si
vieran a alguien cercano. Gandia me devuelve a la realidad y a la proximidad.
P: ¿Se puede permitir
de vez en cuando la desconexión digital?
R: Lo procuro, también
por salud mental. Desde luego cuando estoy con mis sobrinos, creo que es
importante prestarles la atención suficiente y no tenerla siempre repartida.
Por higiene mental, cuando sé que me lo puedo permitir a lo largo del día,
procuro desconectar del móvil y de las pantallas para conectar profundamente
con la vida y con el momento.
P: ¿Lo de que las
personas ingenieras son muy racionales es un lugar común, o hay algo de cierto
en eso?
R: Las personas
ingenieras somos calculadoras, vemos el mundo como un proceso, pero le tengo
que reconocer que yo, más que racional, soy muy emocional. Y creo que la virtud
está en la combinación de las dos cosas. Creo que los ingenieros estamos
dotados de una racionalidad plus y vemos el mundo en ceros y unos. Pero
también, nuestro corazón late con las cosas que nos alimentan, como la amistad
y el amor.
Loli Benlloch
Comparte la noticia
Categorías de la noticia