Ese doble trofeo, excesivo a todas luces a tenor de la escasa calidad de la faena de la amazona, fue el único que se concedió en un festejo en el que el nivel del rejoneo de los tres actuantes estuvo por debajo de las posibilidades que ofreció el noble y manejable encierro de Fermín Bohórquez.
Con todo, las faenas más entonadas fueron las del conquense Sergio Galán, que vio como, al resbalar en el ruedo en los primeros compases de la lidia, uno de sus caballos era corneado, aunque sin gravedad, en el anca izquierda.
Después del percance, Galán se fue entonando con un primer astado muy parado y apagado, ante el que alardeó sobradamente con sus monturas y sin llegar alcanzar el suficiente clamor del tendido.
Ya con el cuarto, que fue, por su constante y templado galope, el mejor toro de la suelta, lo más destacado del jinete manchego fueron los dos pares de banderillas que clavó ya al final de su labor, antes de fallar con el rejón de muerte.
En cambio, el peor y único complicado de los de Bohórquez le correspondió a Leonardo Hernández en segundo turno, pues el animal, reservón y brusco, dificultó todos los embroques, sin que su lidiador llegara nunca a confiarse el atacar con sus caballos. Con el quinto, al que sangró de más con los rejones de castigo, Hernández se mostró igual de impreciso.
Como tampoco Lea Vicens había "tocado pelo" con su primero, a la salida del sexto toro, contra lo que es norma habitual en este tipo de festejo de público festivo y poco exigente, la corrida transcurría sin orejas, fueran o no merecidas, básicamente por la falta de contudencia de los jinetes al entrar a matar.
Así que las ganas de la gente de premiar algo o alguien se desbordaron a la muerte de ese último de la suelta, una vez que la amazona francesa se dedicó a buscar la complicidad de la galería más con sus gestos y alardes de doma que con su forma de torear a caballo y de clavar banderillas, que fue tan despegada y desacertada como en el toro anterior.
Solo que esta vez, como el de Bohórquez cayó pronto y a la primera, aunque con un rejonazo de fea colocación, los pañuelos afloraron alegremente, incluidos los dos del presidente, para provocar una salida a hombros absolutamente inmerecida.
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FICHA DEL FESTEJO:
Seis toros, despuntados para rejones, de Fermín Bohórquez, bien presentados y en tipo de su encastes, con escasa ofensividad en las cabezas. En general dieron un juego manejable, medidos de raza y de fuerza, con el encastado y bravo cuarto por encima de la media.
Sergio Galán, de chaquetilla gris marengo: pinchazo y rejonazo contrario (ovación tras leve petición de oreja); pinchazo, rejonazo contrario y descabello (ovación tras leve petición)
Leonardo Hernández, de chaquetilla burdeos: rejonazo contrario y descabello (silencio); pinchazo, rejonazo trasero y tres descabellos (silencio).
Lea Vicens, de chaquetilla gris: pinchazo hondo y metisaca bajo (silencio); rejonazo contrario caído (dos orejas).
Corrida de rejones matinal. Décimo festejo de abono de la feria de Fallas de Valencia, con dos tercios del aforo cubiertos (unos 7.000 espectadores), en mañana fresca.
Ponce, herido
Por otra parte, Enrique Ponce, tras sufrir un grave percance mientras toreaba a su segundo toro de la corrida de Fallas, padece, tras los estudios a los que ha sido sometido por el doctor Zaragoza, además de la rotura del ligamento cruzado y del lateral interno de la rodilla izquierda diagnosticada el lunes, una fractura de la séptima costilla y una fractura desplazada de la tibia.