Tala de árboles. Foto: EPDA.
“Son un tipo de árboles
con que levantan las aceras, provocando accidentes, ensucian mucho las calles,
quitan plazas de aparcamiento que ahora reclaman los vecinos en esa zona y,
sobre todo, sus raíces han llegado a las paredes y cimientos de las casas
cercanas, provocando grietas”, explica el concejal de urbanismo, Chimo Galcerá.
“En primavera de 2012 ya hubo que talar algunos en la calle Mallaeta y este mes
de enero hemos tenido que tomar medidas en las calles contiguas, como La
Costera o Ausias March”.
El problema con los
árboles, sobre todo en el barrio Hostalets, surge con el paso del tiempo y con
los distintos intereses de los vecinos: hace varias décadas, cuando se
plantaron, el tráfico y el aparcamiento no suponían ningún problema, hoy sí.
Los vecinos reclaman más plazas de aparcamiento.
Quizá por sí sola esa reclamación
no sería suficiente para eliminar los alcorques y los árboles, permitiendo
ganar en torno a 30 plazas en la zona de las calles Mallaeta, Ausias March y La
Costera, pero hay otras tres quejas más problemáticas: por un lado, es un tipo
de árbol poco adecuado para zonas urbanas, con raíces que se extienden bajo las
aceras hasta alcanzar las casas de los vecinos, provocando grietas y un
deterioro en la estructura de las viviendas que hay que atajar antes de que
vaya a más; por otro, las hojas caen en otoño, que es la época de lluvias
intensas y taponan los desagües de las calles, con el riesgo de inundación que
ello conlleva; por último, es un problema sanitario.
“Los alcorques son un
nido de suciedad y fuente de infecciones porque los dueños de los perros los
sacan a hacer sus necesidades en la poca tierra que queda en estos alcorques… y
luego no las recogen”, explica el concejal de sanidad, Salvador Ávila. “Ello,
unido al riesgo de inundación, hacen aconsejable la eliminación de este tipo de
árboles”.
Por ello, en el barrio
Hostalets hemos tomado dos medidas: en una primera fase, durante la primera
quincena de enero, la brigada municipal está talando los árboles de esa zona;
en la segunda fase, a finales de enero, una empresa de la población se ocupará
de eliminar los alcorques, con lo que daremos solución a ambos problemas:
eliminar la amenaza de las raíces para las casas y las aceras, y crear nuevos
aparcamientos.
La medida, no obstante,
se estudia de forma individualizada en cada zona de la población y se están
manteniendo los árboles en aquellas donde no hay quejas de los vecinos y no
suponen un problema para las viviendas. Así, avenidas amplias como Font de Mora
o Mancomunitat l’Horta Nord mantienen los árboles y zonas verdes para el uso de
los vecinos.
Incluso en el barrio
Hostalets hay calles como Altamira o Picayo que van a mantener el arbolado,
este último caso es significativo porque apunta otra de las soluciones: “en la
calle Picayo tenemos naranjos y sus raíces no crecen tanto, por lo que no hay
peligro de que afecten a las casas cercanas; es un tipo de árbol que se puede
mantener. En definitiva, tenemos que estudiar cada caso de forma individual”,
finaliza el responsable de urbanismo.
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