El alcalde de Segorbe,
Rafael Magdalena lleva cobrados 20.691,5€ desde el inicio de la legislatura en
2015 -a falta de saber cuál fue su retribución relativa al mes de diciembre de
2017 que casualmente no está publicado en el portal de transparencia del
ayuntamiento- Este dato no sería digno de incredulidad y sorpresa si no fuera
porque el propio primer edil declaró durante la campaña electoral municipal que
renunciaría a su sueldo como alcalde al percibir otro de su actividad
profesional universitaria.
¿Dónde está el compromiso
de que “no cobraré de los segorbinos si tengo responsabilidad de gobernar”? La
pregunta debe resultar molesta al primer edil pues ante las preguntas
realizadas por la concejala del Partido Popular, Ángeles Gómez, el alcalde
-ahora- socialista amenaza con expulsarla del salón de plenos.
El afán por ser
transparentes es una buena cosa, siempre y cuando sea real y contrastable. Por
ejemplo, nadie sabe lo que se embolsó el alcalde que no iba a cobrar durante
los primeros meses de legislatura en el año 2015, concretamente durante los
meses de junio, julio y agosto.
El sueldo de un alcalde
está justificado y bien invertido siempre y cuando la dedicación sea plena y de
calidad, en el caso del primer edil es justo todo lo contrario pues con los
20.691,5€ que lleva cobrados ha sido cómplice de la expulsión de los menores
residentes del Colegio de La Resurrección, ha negado a los segorbinos y
segorbinas una subvención destinada a la recuperación patrimonial del
municipio, ha dejado desprotegidas a las mujeres del Alto Palancia que no
podrán realizarse las pruebas del cáncer de mama en la capital palantina, ha
demolido la pista de ciclismo del Pabellón
Multiusos, ha sido el
propulsor de la subida de la tasas municipal de valorización y eliminación de
residuos urbanos y que afecta de forma directa a los cientos de comerciantes e
industriales de Segorbe, ha gastado 54.000€ en dos surtidores de carga para
coches eléctricos cuando en el censo municipal no existe ningún coche eléctrico
en Segorbe o la falta de gestión e interés por resolver los problemas que
afectan a los usuarios de la piscina climatizada y el gimnasio municipal, entre
otras muchas fechorías.
El alcalde de Segorbe
resulta caro, muy caro a todos y cada uno de los segorbinos y segorbinas que le
pagamos el sueldo.
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