Nicolau Claramunt habla sobre el proyecto
Paneles fotovoltaicos ubicadas en la terraza de uno de los edificios municipales de Albalat dels Sorells La preocupación por la sostenibilidad del planeta ha ido creciendo a lo largo del siglo XXI. Lo que en algunos momentos de la historia era un discurso propio de algunos ‘locos’ que soñaban con cambiar el mundo ha ido ganando adeptos y cada vez son más los países que se mueven en esa dirección. Detrás de esa corriente siguen estando muchos ciudadanos que sueñan con cambiar las cosas empezando desde abajo, pero conscientes de que para conseguirlo hay que ponerse “manos a la obra”.
Así lo han hecho en el municipio de Albalat dels Sorells, donde han pasado a la acción. “Piensa globalmente y actúa locamente”, es la premisa en la que se basan en esta localidad de l’Horta Nord para aportar su grano de arena en la sostenibilidad del planeta y en la democratización de la energía “que no debería estar en manos privadas”, asevera Nicolau Claramunt, alcalde de Albalat dels Sorells y uno de los impulsores del proyecto Albalat 0’0 emissions, que cuenta con “un gran equipo” dispuesto a hacer lo posible para que lo que en su día fue una utopía pueda ser la realidad del futuro.
El camino hacia el cambio de modelo energético es largo y de ello son conscientes en Albalat, por lo que han trazado una hoja de ruta con acciones concretas que se van materializando año tras año. El modelo desarrollado en la ciudad catalana de Rubí, denominado Rubí brilla -basado a su vez en un proyecto alemán-, ha servido de ejemplo a los gestores de Albalat dels Sorells. Se trata de un proyecto de sostenibilidad energética impulsado desde el Ayuntamiento de Rubí con un enfoque transversal con el que se busca alcanzar la transición energética que marca el Acuerdo de París -reducir emisiones para mantener un incremento de la temperatura planetaria no mayor a 1,5° respecto a la era preindustrial (antes del 1800)- desde la entidad local.
Con este modelo como base, en Albalat dels Sorells se rubricó el Pacto de las Alcaldías con los municipios vecinos de Borenpòs i Mirambell y Foios que estableció el marco legal para comenzar con el cambio. “Pero no queríamos que quedara en el papel, en una simple firma de un acuerdo que quedara archivado y no sirviera para nada”, relata Claramunt. El primer paso fue la realización de un diagnóstico energético -con parámetros de 2010- para saber cuál era el punto de partida. Se estudiaron todos los puntos de consumo municipal, se creó un equipo energético municipal y se estableció el control periódico del consumo y el gasto energético para priorizar actuaciones con mayor potencial de ahorro energético y económico. Es una auditoria que está viva, “nosotros nos autoauditamos todos los meses para saber si el consumo sube o baja y cuáles son las razones”. La filosofía de este proyecto transversal (implica a la energía, los ciudadanos, la salud, la movilidad, los residuos y los espacios verdes) es conseguir una reducción del consumo energético que lleva aparejado un ahorro económico con el que impulsar la inversión en actuaciones que ayuden a lograr el cambio de modelo energético y avanzar en sostenibilidad. “Con el tiempo, llega un año que a lo mejor tienes 30.000 o 40.000 euros para invertir en este tipo de actuaciones”, matiza el primer edil.
El siguiente paso fue el cambio de la compañía eléctrica. Se marcaron varias condiciones que no existían hasta ese momento: tenían que suministrar energía 100% renovable; tenían que instalar 5Kw por año de concesión (20kW en los cuatro primeros años); tenían que comprar o pagar la energía que nosotros producimos al mismo precio que ellos nos la venden...
Autoconsumo
Y en este punto es cuando llegamos al autoconsumo energético y al autoconsumo compartido, una de las iniciativas más interesantes que se han desarrollado en la localidad. Hablamos de autoconsumo energético cuando generamos la energía que consumimos, por ejemplo, con placas fotovoltaicas instaladas en este caso en edificios municipales pero también en el ámbito doméstico o de empresas y comercios.
Para avanzar en esta línea, en Albalat dels Sorells se han colocado paneles fotovoltaicas en instalaciones públicas como la ‘escoleta’ (29kW), en el centro cívico (10kW), en el colegio público (10kW) y en estos momentos se está licitando su colocación en el polideportivo municipal (48kW). Son instalaciones de autoconsumo compartido. Una energía producida por el municipio que revierte en el propio municipio por medio de la fórmula de este autoconsumo compartido. “Esto supone que si, por ejemplo, dispones de una planta fotovoltaica grande en el polideportivo y no consumes toda la energía que produces en las horas de sol, tienes la posibilidad de derivar un porcentaje (el 20 por ciento) a otra instalación municipal como puede ser el colegio que requiere más energía en determinadas horas. Los contadores se comunican para conocer la ruta de la energía”, explica Nicolau Claramunt, quien añade que “eso lo podemos hacer en cualquier edificio y podemos asignar el porcentaje que consideremos”. “Y lo más interesante de esta fórmula -añade el alcalde- es que podemos ayudar a familias vulnerables y destinarles una parte de la energía para luchar contra la pobreza energética”. Todo esto es posible por la modificación legal aprobada por el Consejo de Ministros en el año 2019 que posibilita este tipo de instalaciones compartidas.
Para los impulsores de estas iniciativas es vital la implicación de la ciudadanía en la transición energética. El hecho de que la instalación de paneles fotovoltaicos suponga un ahorro de hasta un 30% de la parte variable de la factura de la luz (tal y como asegura La Unión Española Fotovoltaica, UNEF) es, indudablemente, un atractivo aliciente para el consumidor. También lo es conseguir una reducción del 50% en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) por subirse al carro de la producción de la propia energía.
Pero la oportuidad más interesante para implicar a la ciudadanía viene de la mano de las comunidades energéticas. Y es que, recientemente, Albalat dels Sorells se convirtió en el primer municipio valenciano en poner en marcha una comunidad energética local gracias a un acuerdo entre Sapiens Energía y ALTERNAcoop, con la que los vecinos podrán ahorrarse hasta un 20% en la factura de la luz. La puesta en marcha de la comunidad beneficiará inicialmente a más de 60 familias y numerosas empresas del municipio, y el modelo reducirá 76,7 toneladas de emisiones de CO2, el equivalente a plantar 1.150 árboles en diez años.
“O bien por una militancia consciente de intentar salvar el planeta o bien por un ahorro en las economías domésticas, lo cierto es que la comunidad energética es una oportunidad atractiva para el consumidor, aunque es cierto que va a ser un proceso lento porque suele suceder que muchas personas no deciden sumarse hasta que no conocen los resultados de otros ciudadanos de su entorno -el llamado boca a boca”, remarca Claramunt. El primer edil pone un ejemplo de las ventajas reales de esta modalidad de producción: “se hizo un estudio a un comercio de Albalat que usa bastante luz y se ha calculado un ahorro anual para este negocio de 12.000 euros”.
Estos cambios en el modelo energético se desarrollan de manera paralela a otras actuaciones destinadas a apostar por un modelo más sostenible. El proyecto Albalat 0’0 emissions es transversal: el objetivo de todas las políticas son las personas y luego tiene diferentes apartados como pueden ser la energía, la movilidad, los residuos, la salud o hacer un pueblo más verde.
En este sentido, nacen proyectos como los caminos escolares seguros, la pacificación del tráfico (reducción de los límites de velocidas, peatonalización de determinadas zonas), la adquisición de vehículos eléctricos...
Claramunt está convencido además de que las políticas verdes van a ser uno de los puntales de la recuperación económica después de la pandemia. Mirando al futuro pero sin dejar de avanzar en el presente hacia un nuevo modelo que permita que los ciudadanos, gracias al poder ser partícipes y gestores de su propia energía renovable, sean los protagonistas y aceleren el ritmo de la transición energética.
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