El belén de Ramón Fernández. FOTO MURGUI
Salvador Murgui.A
horas de celebrar la Epifanía, o fiesta de la “Manifestación” o más
conocida por todos como el día o la fiesta de los Reyes Magos, invitado
por el buen amigo Ramón Fernández, me he acercado a la playera ciudad
de Canet de Berenguer, para ver el monumental Belén que año tras año
presenta nuestro mencionado Ramón.
No solo me ha sorprendido la maravilla que he contemplado, unBeléncon todos los misterios que encierra la Navidad, con un sinfín de figuras internacionales que
representan a TODOS LOS PERSONAJES, actividades, oficios, animales,
cultivos, aspectos geográficos, vegetación, y todos los detalles que
nos podamos imaginar desde los nidos de palomas colgados en las rocas,
hasta la lavandera o el carnicero (con sus embutidos, cuchillos…), atendiendo sus tareas a diario.
El
Belén nos muestra desde que nace el sol hasta que anochece, y nos
acerca por todas las escenas bíblicas detalladas con motivo del
Adviento y Navidad. Una preciosidad. Pero eso no es todo, eso solo es el
principio del fin, porque si Ramón Fernández desde el dos de
noviembre no estuviera diseñando, construyendo, creando y ejecutando la
obra de arte que desde mucho tiempo anida en su mente no sería posible
ejecutarla con precisión tan absoluta.
Muchos
belenes adornan iglesias, casas, escaparates comerciales, plazas de
ciudades… pero el Belén de Canet es diferente. Merece la pena aunque
solo falten dos días para laEpifanía,
acudir a esta fresca y turística ciudad a contemplar y disfrutar del
trabajo generoso que Ramón regala a su pueblo y a quienes lo visitan.
Para mí ha
sido una tarde diferente, una tarde especial. Una tarde de reencuentro
con la Navidad, con la fiesta de los Reyes, con esos niños ilusionados y
esos padres que no tienen más remedio que acompañar a sus hijos a que
disfruten de la fiesta de la Navidad. Ha sido el momento de volver a
reencontrarse con la infancia, ha sido el momento de descubrir el arte
discreto y sencillo de los hombres altruistas que trabajan por el
pueblo, ha sido la tarde de volver a gozar de la Navidad.
Y lo que más me ha gustado, como no hay Clavarios para hacer la fiesta este año, Ramón con una bolsa damascadaroja, con las iniciales de María (M), iba vendiendo lotería para recaudar fondos para la fiesta.
Eso es amor por su pueblo, eso es amor por las tradiciones, eso es sentircomo
su pueblo vive dentro de él. Sin hombres así ¿Qué harían nuestros
pueblos? Pues gracias a hombres como Ramón, perviven las tradiciones,
se mantienen las fiestas y la cultura, y se escribe desde el más grande
de los anonimatos la historia. Aquí no hay ni
trampa ni cartón… aquí impera el trabajo bien hecho, la honradez, la
inversión del tiempo en hacer cosas grandes y sobre todo la higiene
mental de pensar en positivo para hacer el bien.
No podía Ramón atendernos
el lunes, es la Cabalgata de Reyes y por supuesto, también la organiza
el… Reyes, Pajes, Carroza… pero nada compensa su tesón y su esfuerzo más
que la alegría que derrocha atendiendo a todos y disfrutando con su
pueblo. Ramón solo nos falta que nos toque la lotería… te lo mereces tú
y tu pueblo. Porque siempre estés al pie del cañón y derrochando
vitalidad te escribo estas letras de sincera felicitación.
Gracias por todo lo que nos has enseñado.
Feliz EPIFANIA, Canet; FELIZ AMIGO DE TODOS: RAMÓN.
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