María José García. Los
vecinos de Alfara del Patriarca, Moncada y Vinalesa guardan en su
retina el cartel de advertencia
de la carretera
que les separa: “Atenció, gual inundable, amb aigua no passeu”.
Lo llevan viendo toda su vida, nada ha cambiado en décadas: cada vez
que llueve intensamente cortan
la carretera CV 304
y pierden su
conexión.
Las
tres poblaciones tienen un estrecho vínculo por su cercanía y
porque se nutren de Moncada en algunos aspectos. Al ser bastante más
grande, tiene más servicios. Así que, cada vez que el barranco
Carraixet se desborda, hay jóvenes que no pueden ir al instituto,
adultos que no llegan a trabajar, vecinos que se quedan sin comprar,
entre otras actividades.
No
sé qué le urgiría a la mujer de Alfara del Patriarca que el pasado
20 de enero intentó circular por la carretera obviando las vallas de
la Diputación que avisaban que era inaccesible. Por suerte, pudo
salir del vehículo, agarrarse a un árbol y aguantar allí hasta que
los bomberos la rescataron. Desde luego, arriesgó demasiado por
intentar llegar a Vinalesa. Afortunadamente, está bien y no hay que
lamentar más daños que el de su coche, que se inundó y volcó.
Este
suceso es la punta del iceberg de la incomunicación que sufren los
ciudadanos de estas localidades de l’Horta cada vez que las
precipitaciones son abundantes. La carretera se corta por precaución,
no necesariamente cuando es intransitable. Tal vez por eso, porque en
más de una ocasión alguno cruza y como no hay mucha agua no pasa
nada, se confían. El problema es cuando hay temporal, ya sabemos
cómo llueve en Valencia, y el
barranco se desborda.
Es
muy peligroso para conductores y viandantes. Por eso, los
vecinos de estos municipios se sienten ignorados,
no es para menos. Es tercermundista padecer una infraestructura de
estas características. No es de recibo que en el siglo XXI una
carretera esté cortada 3 días, como ha ocurrido en el último
temporal, o que se cierre dos veces en un mes ¿Tanto cuesta
construir un puente? Habría que hacer una conexión adecuada,
también para los peatones. Alfara del Patriarca y Vinalesa están a
10 minutos de distancia andando; pero los vecinos si quieren ir a pie
deben caminar por la calzada porque no hay aceras
o transitar por una estrecha pasarela por donde también pasan
tractores, con el riesgo que eso conlleva. Además, en el último
temporal, los vecinos de Vinalesa quedaron totalmente incomunicados.
La otra vía por la que se accede al pueblo, la que les lleva a la
carretera de Barcelona y por la que acceden a Massamagrell, también
se cortó. Durante dos horas nadie podía salir ni entrar al pueblo.
En
Ciudadanos (C’s) estamos preocupados por este asunto, tememos que
algún día ocurra una desgracia. Por eso, ya he registrado en Les
Corts una interpelación a la consellera: Quiero
saber si el Consell piensa actuar y solucionar este problema o piensa
seguir, como hasta ahora, mirando hacia otro lado y obviando a estos
municipios.
Nosotros, exigimos que se tomen cartas en el asunto y conecten estas
localidades como es debido, con accesos seguros y viables.
Con
la responsabilidad que me caracteriza, he pedido a los alcaldes
visitar sus localidades para ver “in situ” el foco del problema,
y de paso, escuchar sus reivindicaciones y sugerencias.
Hay
que buscar soluciones ya, para no tener que cortar carreteras.
El riu sec,
como se denominaba en las crónicas medievales, baja con fuerza
cuando diluvia y puede ser destructor si no implementamos las medidas
necesarias. Nosotros,
al menos, vamos a luchar por ello.
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