Este sitio web utiliza cookies, además de servir para obtener datos estadísticos de la navegación de sus
usuarios y mejorar su experiencia de como usuario. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su
uso.
Puedes cambiar la configuración u obtener más información en nuestra política de cookies pulsando aquí.
El Centro Cultural Eduardo Úrculo de Madrid bautiza su auditorio con el nombre del maestro Joaquín Rodrigo
0
REDACCIÓN - 05/01/2011
El maestro Rodrigo. FOTO SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES (SGAE)
El concierto de Aranjuez del genial Rodrigo, una obra maestra... de un maestro.
El
Centro Cultural Eduardo Úrculo de Madrid ha decidido bautizar su auditorio con el nombre
de Joaquín Rodrigo, en homenaje al gran compositor saguntino universal, que durante
casi 25 años vivió en el distrito madrileño de Tetuán donde está ubicado este
espacio. El acto tendrá lugar el próximo jueves, 13 de enero de 2010 (19 horas),
en ese mismo espacio (Plaza Donoso, 5 Madrid).
Con
este motivo, la
pianista Ana Benavides ofrecerá un recital de piano (bajo el título:
El piano de Joaquín Rodrigo y sus contemporáneos), ilustrado con palabras
de Cecilia Rodrigo –hija del maestro-. Además, se
inaugurará una exposición (Joaquín
Rodrigo en Madrid (1939-1999). Apuntes de la vida de un genio,
realizada por Javier Suárez Pajares) y se proyectará Música para un jardín, un cortometraje dedicado al madrileño parque
del Retiro, con música del compositor saguntino.
Previamente,
se descubrirá una placa con el nombre del auditorio. El Centro Cultural Eduardo
Úrculo, gestionado por el Ayuntamiento de Madrid, está situado en el madrileño
distrito de Tetuán, en el que residieron en compositor y su esposa entre 1975 y
1999.
Joaquín
Rodrigo nace en Sagunto el 22 de noviembre de 1901, día de Santa Cecilia,
patrona de la Música. A los tres años de edad, pierde la vista como consecuencia
de una epidemia de difteria. A los ocho años inicia, en Valencia, los estudios
musicales de solfeo, violín y piano. Después, armonía y composición con los
maestros Francisco Antich, Enrique Gomá y Eduardo Chavarri. Sus primeras
composiciones datan de 1923. En 1927, se traslada a París e ingresa en la
Escuela Normal de Música para estudiar composición con Paul Dukas, quien
demuestra una especial predilección hacia su discípulo.
Pronto
se da a conocer como pianista y compositor en los ambientes musicales parisinos
y entabla amistad con Ravel, Milhaud, Honneger, Stravinski y Manuel de Falla. En
1933 contrae matrimonio con la pianista turca Victoria Kamhi, quien es desde
entonces hasta su fallecimiento en julio de 1997, compañera inseparable y su más
asidua colaboradora. En 1940 tiene lugar en Barcelona el estreno mundial del
Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta, primera de sus obras que
le daría fama universal y claro ejemplo de su personalidad. Rodrigo se mantiene
fiel a una estética que él mismo gustaba denominar "neocasticismo", practicando
la tradición tonal, el gusto por las formas clásicas e incorporando elementos
cultos como forma de unión entre la tradición española y el presente, creando
ese estilo reconocible de inmediato. Conoce las más modernas estéticas europeas,
pero afirma su propia personalidad.
La
música de Joaquín Rodrigo representa un homenaje a las distintas culturas de
España ya que se vale, como fuente de inspiración, de las más variadas
manifestaciones del alma de su país, desde la historia de la España romana hasta
los textos de los poetas contemporáneos. Ha enriquecido todos los géneros, pero
quizás sea el compositor de nuestro siglo a quien más debe la estética del
concierto. Ha cultivado especialmente la canción, a la que ha dado un lenguaje
nuevo y universal, creando obras maestras como Cántico de la esposa o los
Cuatro madrigales amatorios. Sus obras para piano solo bastarían para
situarlo en primera línea, pero además su creación instrumental abarca
importantes composiciones para violín, cello, y flauta. Hay que destacar además
la aportación de Joaquín Rodrigo al repertorio para guitarra, que ha sido
definitiva, pues ha logrado su dignificación e internacionalización como
instrumento de concierto.
Desde
el año 1940 las distinciones, honores, homenajes y festivales se han venido
sucediendo ininterrumpidamente. Miembro numerario de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando (1950) y de otras academias, así como Doctor Honoris Causa
por diversas universidades de España y del Extranjero, recibió, entre otros
galardones, la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio (1953), la Legión de
Honor concedida por el Gobierno francés (1963), la Gran Cruz del Mérito Civil
(1966) el Premio de la Fundación Guerrero (1990), y el Premio Príncipe de
Asturias de las Artes (1996). En 1991 el Rey Juan Carlos I le otorgó el título
nobiliario de Marqués de los Jardines de Aranjuez "por su extraordinaria
contribución a la música española a la que ha aportado nuevos impulsos para una
proyección universal".