El director-gerente
del Consorcio de Museos de la
Comunitat Valenciana, Felipe Garín,
ha presentado esta mañana la
exposición ‘Amelia Peláez. Una mirada en
retrospectiva (1928 - 1966)’ que acoge la sala del Dormitorio del Centro
del Carmen de Valencia.
Garín ha estado acompañado por la subdirectora del Museo Nacional de Bellas
Artes de Cuba, Regla García y la conservadora
del museo, Elsa Vega.
El Consorcio
de Museos de la Comunitat Valenciana presenta en el Centro del Carmen la
primera gran muestra monográfica que se realiza en Valencia de Amelia Peláez (1896-1968), icono de la
pintura cubana del siglo XX, y una de las grandes artistas iberoamericanas de
la época.
Influida por las vanguardias europeas, Amelia Peláez es la única representante
femenina de la nueva generación de artistas que en los años 30 del siglo XX
marcaron los principios de la modernidad en la plástica cubana.
Según Felipe
Garín “la muestra, impulsada por el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba,
se ha podido visitar en la Fundación Caixa Galicia de A Coruña, su itinerancia
a Valencia es una oportunidad de aproximar a los ciudadanos la obra de una
importante artista de carácter internacional aprovechando las sinergias con
otros museos e instituciones españolas”.
La exposición que acoge el Dormitorio del Centro del Carmen hasta el 6 de mayo,
es una retrospectiva de más de 30 años de trayectoria artística de Peláez, con
piezas realizadas entre 1928 y 1966.
Organizada de forma cronológica la exposición
reúne un total 32 pinturas y 10 dibujos que resumen las distintas etapas
creativas en la obra de Peláez y donde pueden apreciarse sus temas más
recurrentes como las naturalezas muertas, los perfiles de mujeres o los íntimos
espacios interiores.
La comisaria de la muestra, Elsa Vega ha explicado
que “Amelia Peláez revolucionó la pintura cubana gracias a la asimilación de
las vanguardias europeas a las que incorporó elementos característicos de la
tradición cubana”.
Para la comisaria “la obra de Amelia Peláez
constituye un monumento a la defensa de los valores identitarios de la cultura
cubana. Su evolución transcurre sin saltos, en una continuidad afirmada en la
voluntad de ser consecuente con ella misma sin desvíos ni repeticiones. Amelia
gustó de encontrar lo diferente sin perder la unidad del decir propio. Por ello
ocupa un espacio de honor dentro de la plástica cubana para, desde ahí,
conquistar un merecido reconocimiento en el ámbito latinoamericano e
internacional”.
Etapas creativas
En su primera etapa, entre los años 30 y 40,
Peláez imprime un nuevo estilo en su pintura a su regreso de París. La
influencia del cubismo aparece en sus naturalezas muertas donde empiezan a
verse las frutas exóticas además de otros elementos representativos de la
tradición y de la arquitectura cubana.
A partir de los años 40 obras como ‘Mujer (1941)’
o ‘La pianista (1944)’ definen un estilo y una personalidad únicos en su
pintura que en los últimos años, entre los 50 y 60 se impregnarán de color sin
perder el lenguaje tradición/modernidad que marca toda su trayectoria.
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