Logo Isabel de Villena. /EPDA La nueva ley de enseñanza que se ha empezado a tramitar hoy en Les Corts Valencianes ha despertado una honda preocupación entre los miembros del Cercle Isabel de Villena, los principales representantes de la llamada “Tercera Vía Lingüística”, quienes han mostrado su discrepancia tanto en puntos concretos de la ley como con el espíritu con el que se ha presentado.
En este sentido, destaca como ante la afirmación de los impulsores de la ley, PP y Vox, de que su texto consagra la libertad de los padres, los miembros del Cercle Isabel de Villena recuerden que la libertad de los padres no sólo ya estaba consagrada en las leyes que ya existen, sino que no puede ser, bajo ningún concepto, una libertad absoluta. “Su participación está regulada; y el margen de decisión que tienen es limitado” recuerdan en sus conclusiones sobre el texto legal y añaden: “No es libre la escuela sino obligatoria. Los padres no tienen el derecho o libertad de decidir exclusivamente sobre cualquier cuestión relativa a la educación obligatoria de sus hijos por la naturaleza misma de la educación obligatoria y por su razón de existencia”.
Como ejemplo de esto señalan que los padres no pueden elegir temario ya que “una sociedad democrática, para poder funcionar, necesita que los ciudadanos tengan determinados conocimientos, valores y habilidades para no ser un peligro para los demás -y para sí mismos-. Los ciudadanos ignorantes serían, por ejemplo, más fácilmente manipulables en las elecciones y la democracia sería más débil (o podría ser derrocada), afectando a toda la sociedad. El interés colectivo de la educación obligatoria explica que los aprendizajes que se deben hacer en las etapas obligatorias no los decidan los padres sino el conjunto de la sociedad (que incluye a los padres), a través de sus representantes políticos en el parlamento”.
Posibles duplicidades e ineficiencias en los centros
Pero los miembros del Cercle se muestran muy preocupados ante la situación en la que quedará el aprendizaje de la lengua valenciana si Les Corts aprueban la nueva ley tal y como la han presentado PP y Vox.
Denuncian que medidas como que todos los exámenes se puedan hacer en castellano si el alumno así lo solicita, la ampliación de las exenciones de clase de valenciano o el que pueda haber profesores que no hablen valenciano en las reuniones del claustro no harán más que, en su opinión, desincentivar el uso del valenciano en los centros.
Además señalan que el texto legal puede provocar problemas graves de organización como la duplicidad del banco de libros (que según advierten facilitará que se den clases con libros en una lengua diferente de la que se de la clase), la obligación de duplicar todos los documentos en las dos lenguas que aumentará el papeleo o los habituales problemas para encontrar profesor que, según afirman en su escrito los miembros del Cercle Isabel de Villena, se agravarán al contar con profesores que no puedan dar la clase en valenciano.
El problema de la “Lengua base”
Pero el mayor problema para los lingüistas de la tercera vía, que se habían mostrado favorables hasta ahora a los postulados del Consell de acercar el registro estándar de la lengua al valenciano que se habla en la calle, es el de la introducción del concepto de “Lengua Base”, una reforma de calado que hace que los padres tengan que escoger en qué lengua estudian sus hijos y que además reduce a un 20% la diferencia de uso entre los idiomas oficiales de la Comunitat Valenciana.
Según alertan desde el Cercle el hecho de que la ley establezca que la lengua base del centro se ha de decidir en función de la demanda de cada de una de las lenguas a la hora de presentar las matrículas, unido al hecho de que los padres pueden presentar solicitud de matrícula en varios centros educativos a la vez, abre la puerta no sólo a que las lenguas base se ajusten a la voluntad de alumnos que al final no forman parte de centro, sino a que se organicen campañas contra el valenciano con solicitudes de matrículas que sólo se presenten para cambiar el idioma de un centro con la fuerza de los números.
En cuanto al porcentaje de lenguas, recuerdan que la ley actual permitía que el valenciano dominara el sistema educativo con hasta un máximo de 35% de más presencia que la lengua castellana, pero aún así los resultados demuestran que miles de estudiantes acaban todos los años sus estudios con serias dificultades para expresarse en valenciano. Por lo que los lingüistas del Cercle Isabel de Villena consideran que reducir esa diferencia sólo servirá para dificultar aún más el aprendizaje del valenciano por parte de los alumnos.
Choque con la Constitución, el Estatut y la Ley de Uso del Valenciano
Por este motivo el Cercle Isabel de Villena advierte que una ley que dificulta la presencia del valenciano en el territorio de la Comunitat choca frontalmente con lo que obliga la Constitución Española, que da especial protección a las lenguas españolas no castellanas, el Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana, y la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano.
Leyes que, según recuerdan, se aprobaron con un gran consenso de la sociedad, algo que, según afirman, debería buscarse siempre en todas las reformas de temas tan esenciales para la sociedad como es la enseñanza. “Una reforma que se aprueba de forma unilateral está condenada a ser anulada en cuanto cambie el gobierno” recuerdan desde el Cercle.
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