El Pleno del Consell ha sido informado del Protocolo de Intenciones
consensuado con el Ayuntamiento de Valenciana y Feria Muestrario
Internacional de Valencia, destinado a posibilitar el proceso de
reestructuración de la entidad ferial con el objetivo de convertirla en
un polo de atracción de empresas e inversiones extranjeras, así como un
instrumento estratégico para la dinamización de la economía valenciana.
El Protocolo establece y concreta los hitos que conducirán a la
configuración de la nueva Feria Valencia, un espacio único de
intercambio comercial, con capacidad para competir con otros recintos
europeos en la captación de certámenes internacionales y con la
intención de promover la actividad comercial de nuestros sectores
productivos.
El documento, que será rubricado formalmente en un acto que
tendrá lugar una vez el Ayuntamiento de Valencia y Feria Valencia lo
ratifiquen en sus órganos respectivos, convertirá al recinto ferial,
cuando se culmine el proceso, en embajador de la economía valenciana en
el mundo.
El acuerdo con el Ayuntamiento de Valencia y con Feria
Valencia, materializado en un Protocolo de Intenciones que expresa los
compromisos asumidos por todas las partes y las etapas del proceso,
comportará la aprobación por el pleno del Consell, a propuesta de la
Conselleria de Economía, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, de un
nuevo decreto de Ferias.
Este equiparará la actividad ferial a un servicio de interés
general autonómico, atribuyendo a la Generalitat Valenciana, no solo la
capacidad normativa respecto de estas actividades, sino también la
posibilidad de promover la celebración de ferias comerciales de forma
directa o indirecta.
El pleno del Consell, a propuesta de la Conselleria de Hacienda
y Modelo Económico, aprobará un Decreto ley de Asunción de la deuda,
que deberá ser convalidado posteriormente por las Corts.
El decreto ley en modo alguno supondrá añadir nuevas
obligaciones financieras a las ya comprometidas por los anteriores
gobiernos, lo que supone que la Generalitat no tendrá que destinar
recursos adicionales.
La principal finalidad de la norma es clarificar la situación
administrativa de la deuda y liberar a Feria Valencia de una pesada losa
que impide su desarrollo comercial.
Una losa heredada de 1.025 millones hasta 2029 Al
respecto, cabe recordar que el proyecto de ampliación de Feria Valencia
supuso un endeudamiento de 587 millones de euros que, sumados a la
carga financiera estimada para los más de 20 años de vigencia de la
operación, alcanza un total de 1.025 millones de euros.
Hasta el momento la Generalitat se ha podido reembolsar en
torno a 100 millones de euros de principal y 270 millones de intereses.
El importe todavía pendiente, comprometido por el anterior Gobierno de
la Generalitat, supera la cifra de 650 millones de euros que se
desembolsarán en un horizonte que concluye en 2029.
El Protocolo de Intenciones también establece que el
Ayuntamiento de Valencia rescatará la concesión actual, sin que ello
suponga indemnización para la actual institución ferial que, en virtud
de este acuerdo, renunciará a cualquier derecho indemnizatorio.
Acto seguido, el Ayuntamiento cederá la gestión de la
infraestructura a la Generalitat Valenciana mediante una concesión
demanial de forma gratuita por espacio de 75 años, el máximo legal
permitido, a cambio de que el Gobierno valenciano se comprometa a
conservar la infraestructura en perfecto estado de funcionamiento.
Como resultado del proceso, la Generalitat gestionará la
actividad ferial desarrollada en la infraestructura mediante una
sociedad, en régimen de colaboración público-privada, y de la mano de
uno o varios socios tecnológicos escogidos mediante un proceso de
diálogo competitivo con especialistas del sector.
En el momento actual no corresponde especificar los aspectos de
detalle del proceso que, en esta fase, debe ser lo suficientemente
abierto como para atraer a los mejores gestores.
La cesión de la actividad al operador resultante del proceso
desencadenará la disolución del actual Patronato de Feria Valencia, que
se compromete a continuar desarrollando la gestión del recinto durante
el periodo transitorio, así como a garantizar que el rescate de la
concesión actual de la entidad ferial no genere derechos
indemnizatorios.
Comisión de seguimiento Asimismo, el documento
determina que se constituirá una comisión de seguimiento que velará por
la ejecución del presente Protocolo, y que estará integrada por dos
representantes de la Generalitat, uno por cada una de las conselleries
afectadas; dos representantes del Ayuntamiento de Valencia; y otros dos
representantes de Feria Valencia. De este modo, las partes verificarán
la adecuada ejecución de los compromisos del Protocolo desde un órgano
donde todas las entidades estarán representadas.
Las potencialidades de la infraestructura Feria
Valencia necesitaba una hoja de ruta para dotarse de un futuro a la
altura de la relevancia de la infraestructura, una estrategia que le
permitiera alcanzar índices de ocupación del espacio ferial equiparables
a los mejores recintos europeos.
Tras años de crisis, las ferias tradicionales valencianas han
consolidado un nivel satisfactorio de actividad que ha posibilitado
equilibrar las cuentas de la institución ferial, pero que todavía
resulta insuficiente para explotar las potencialidades de la
infraestructura como instrumento de generación de valor para la sociedad
valenciana.
Después de una legislatura perdida bajo el gobierno anterior,
que condujo a una auténtica parálisis de la actividad ferial valenciana,
el Consell ha impulsado un principio de acuerdo con el Ayuntamiento de
Valencia para dotar de un futuro a la institución ferial.
Pocas áreas de gestión ejemplifican mejor que Feria Valencia la
ruina en diferido heredada por el actual Consell. Feria Valencia
constituye un ejemplo paradigmático que aúna todos los vicios del
gobierno anterior: una infraestructura, con una finalidad aparentemente
productiva y necesaria, pero completamente desproporcionada en su
dimensión y en su coste, que no se acometió con recursos corrientes,
sino a través de endeudamiento, haciendo soportar la desorbitada carga
financiera en las espaldas de las generaciones futuras.
Hoy, Feria Valencia lucha por sobrevivir a una etapa marcada
por una gestión nefasta que la ha situado al borde de la desaparición.
Desde 2008 hasta 2015, la entidad destruyó EBITDA por valor de 55,8
millones de euros, aprobó dos expedientes de regulación de empleo que
afectaron a 192 trabajadores, y el número de visitantes disminuyó en más
de 600.000 personas, un 50% del total.
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