Casa de Cultura donde se ubica la cafetería. / epdaLa fórmula utilizada por el Ayuntamiento de Puçol para el control del consumo de luz en la cafetería de la casa de cultura ha provocado discrepancias entre la actual adjudicataria del servicio y los responsables municipales hasta tal punto que, según ha denunciado la primera, “me han embargado todos los vinos de honor que les hago” para tratar de cobrar una deuda por dos facturas “que he reclamado por distintas vías y que, ahora, voy a hacer los propio por la vía judicial” por considerar que la manera de hacer el cálculo -establecida por el propio Consistorio- es “abusiva” y “nada clara”, denunció Katerin Vasatova, actual adjudicataria de la concesión.
La denunciante tiene la concesión de la cafetería de este edificio municipal de Puçol desde los primeros meses del año 2017. “Cuando me la dieron estuve al tanto del tema de la luz porque sabía que el anterior inquilino había tenido problemas”, explica. Se le habló entonces de la existencia de un medidor que controlaba el consumo de su local -una pequeña cafetería- y “me aseguraron que solo pagaría por lo que consumía”.
Meses más tarde de la firma del contrato, la adjudicataría recibió un anexo, “que no entendía porque estaba en valenciano y no soy de aquí”, en el que se establecía una fórmula de pago por la que se le repercutían los gastos generales del edificio de la Casa de Cultura en el precio del kilovatio. Esto se tradujo en que frente “a los 13 céntimos que marca red eléctrica por kilovatio consumido, a mi me salía a 32 céntimos por kilovatio”, señaló Katerin. Esta circunstancia hizo que los dos primeros recibos de luz, “ya que no me hacían factura”, ascendieran a más de 1.000 euros por trimestre, “lo que unido al pago del alquiler resulta insostenible”.
Reclamaciones
En este momento, y tras negarse además el Consistorio a facilitarle el formato de factura que ella solicitaba para su contabilidad, empezaron las reclamaciones. “Después de estar insistiendo durante tres meses, logré reunirme con la alcaldesa, la edil de Urbanismo y el técnico municipal , y el resultado fue nulo”.
A continuación, la mujer acudió al Síndic de Greuges en busca de amparo: “En el escrito de respuesta me dieron la razón pero me señalaron que no eran competentes para llevar este asunto ante el Ayuntamiento”.
El siguiente paso, será interponer un recurso contencioso-administrativo para lo que “ya he puesto el asunto en manos de los abogados”, dado que “parece ser la única manera en la que se podrán solucionar las cosas”, manifiesta Katerine Vasatova, quien quiso aclarar que no se niega a pagar lo que le corresponde, pero “no puede ser que con esta fórmula estén como revendiéndome la energía al precio que ellos marcan”.
Mientras esta mujer trata de que le den la razón por la vía judicial, el Consistorio ha optado, según denunció, por cobrarse la deuda por los dos primeros recibos -el resto están pagados- “embargándome todos los vinos de honor que les preparo en la cafetería”, dijo. De este modo, “lo que consiguen es que nadie quiera prestar estos servicios”, concluyó Katerin.
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